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El encierro de Las Ramblas no ofreció opciones a la terna

San Isidro: gran petardo presidencial: devuelve un toro sin un capotazo

San Isidro: gran petardo presidencial: devuelve un toro sin un capotazo

El usía sorprendió con su decisión antirreglamentaria de mandar a los corrales a 'Opaco' por no embestir

lunes 14 de mayo de 2018, 22:27h
Jesús María Gómez Martín. Quédense con este nombre. Porque ya está en la historia de Las Ventas. Porque ya está en la memoria del toreo. En la historia y en la memoria negra, eso sí. Pero ya figura ahí y su hazaña se leraá en el Cossío. Y se recordará 'per omnia saecula saeculorum'. Ahí es nada: devolver un toro al corral, por supuesto antirreglamentariamente, sin haber recibido ni un capotazo (el toro, se entiende). El hecho, insólito, aconteció con el cuarto de la tarde, 'Opaco' (en la foto), que salía huyendo a todo gas de los capotes, pero que, como todos, podía y debía tener su lidia. Mas no, el ya histórico señor Gómez, desenfundó el pañuelo verde para sorpresa de todo el cotarro. Fue lo más noticioso de una corrida plana por el escaso juego del encierro de Las Ramblas ante el que se estrellaron David Mora, Juan del Álamo, poco inspirados, y José Garrido con un lote casi imposible.

'Ópaco', que tal era el nombre del burel -más bien buey, que suena parecido pero es, o debía ser, todo lo contrario-, ya comparte lugar de 'honor' -y de horror- en la historia de la tauromaquia. Sí, lo comparte con el -ya histórico- señor Gómez Martín. Porque el bicho de Las Ramblas, de más de 600 kilos, huía despavorido y a todo correr de los engaños que le ofrecía, con mucha precaución y distancia, la cuadrilla de David Mora, más precavido aún que sus subalternos.

Asñi durante unos minutos en los cuales, el matador solicitó al -ya histórico- señor Gómez Martín que ordenada la salida de los caballos para intentar llevarlo (al toro) a ellos, ver cómo reacionaba e incluso como tantas veces ha ocurrido en muchos festejos, condenarlo a banderillas negras si fuera menester. La cara que se le quedó a Mora fue similar a la del público cuando el -ya histórico- señor Gómez Martín lo que mandó, pañuelo verde en ristre, fue la salida... de 'Opaco' del ruedo y su marcha a los dominios de Florito.

La histórica decisión se tomó a chufla por un sector del público, mientras otro, sobre todo los más veteranos, hartos de ver festejos en sus vidas, y casi stodos situados en gradas y andanadas con su abono y/o sus localidades baratas, se la querían quitar, la vida, tirándose desde esas alturas a la arena. Eso sí, unos y otros, los chifleros y los 'suicidas' compartieron el grito que se extendió por todo el cotarro dirigido al -ya histórico- señor Gómez Martín: "¡Fuera del palco, fuera del palco!"

El caso es que la cronista le vino bien este insólito, y, se insiste, antirreglamentario hecho, porque hasta entonces había poco que relatar del desarrollo de esta séptima de abono, cuyo culmen artístico lo pusieron los pares de rehiletes que colocaron con lucimiento y torería Jarocho, en el segundo, y Ángel Otero en el cuarto bis. A lo que hay que es menester añadir el estoconazo a ley -ya aspirante a ser el de la Feria- con que David Mora finiquitó al que abrió función.

Porque el encierro que envió Daniel Martínez, propietario de la divisa de Las Ramblas, tan suavón, dulzón, grandón y pasado de kilos, tan ayuno casi total de casta, pocas opciones dejó a la terna, aunque ni Mora ni Juan del Álamo ni José Garrido estuvieran especialmente inspirados. Con la emociónpor los suelos y el aburrimeinto por las nubes, se iban sucediendo los bureles pariguales y algunas suertes enjundiosas, más con el percal que con la flámula, de los tres coletudos, pero sin la chispa que incendia los sentidos y estremece el alma cuando en el ruedo hay un toro/toro y no unos ejemplares grandones y con muchas perchas pero vacíos por dentro.

Sólo el anovillado sobrero de José Cruz lidiado en sustitución del ya histórico -e indultado' en el ruedo- 'Opaco', que se embestía con algo de entrega, permitió a Mora algunos pasajes de buen toreo e incluso desmayo en varios redondos sueltos, en una faena irregular y con poca cargazón de la suerte que se fue diluyendo. Y es que parecía escrito, la tarde y el protagonismo no era para los toreros y sí para 'Opaco' y para un usía opaco en sus conocimientos del reglamento. Pero que, eso sí, ya ha hehco historia. Negra, pero historia.

FICHA

Toros de LAS RAMBLAS, de enorme presencia, cornalones; descastados aunque nobles, que no dieron juego; 4º, sobrero (en sustitución de uno del hierro titular devuelto antirreglamentariamente) de JOSÉ CRUZ, chico y manejable. DAVID MORA: ovación; silencio tras dos avisos. JUAN DEL ÁLAMO: palmas tras aviso; silencio. JOSÉ GARRIDO: silencio tras aviso; silencio. Plaza de Las Ventas, 14 de mayo. 7ª de Feria. Dos tercios de entrada.

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