Duelo actoral de nivel entre José María Flotats y Pep Planas encarnando a Voltaire y Rousseau

Flotats se declara en el programa de mano, “medio volteriano, y medio rousseurista”, no en vano ya había interpretado al segundo, y también a Voltaire, en la obra “Zadig ou la destinée de Voltaire” en el Theatre de Orsay. Esa interpretación, al parecer, gustó mucho en la Comedia Francaise de París (donde ejerció durante un tiempo) de actor y director. El estudio volteriano, ya le había seducido cuando estudió en la Escuela de Strasburg. Por otro lado, Pep Planas, ya había trabajado con Flotats en el Cyrano de Bergerac.

Los dos intérpretes se lucen en el escenario: Flotats, a sus 85 años, con su habitual maestría y particular vocalización, estirando las sílabas, encontrando el tono idóneo para la comedia o lo serio..Y su “partenaire” resuelve con eficacia el estar a su altura. Entra en el escenario con un cierta precaución, de cara a la cita con Voltaire, que con paternalismo escucha sus planteamientos, mientras no choquen frontalmente con los suyos. El visitante da a entender, que el anónimo que ha sido publicado es obra del primero...Y visita a Voltaire es una confortable y amplia casa ubicada en Suiza, aunque pegada a la frontera francesa.

Opuestas

La visión de la vida, en general, es opuesta por parte de los dos filósofos, que son figuras importantes en la Ilustración y en 1978. Ambos vivieron en el Siglo de las Luces, y dan pie a los ideales de la Revolución Francesa.Según el autor Jean Francois Prévand, representan dos actitudes: para Voltaire la razón, mientras que Rousseau optaría por “la emoción”.

Los personajes de Voltaire y Rousseau se complementan, no en vano están enterrados juntos en el Panteón de París...Al primero le gustaba vivir bien, y se guiaba para divulgar los principios de la justicia, libertad y tolerancia.Y Rosseau luchó por sus ideales (dentro de su aparente carácter contradictorio).Entre ambos existía una relación de amor-odio, que queda reflejado en una correspondencias que datan de 1741. Las frases son literales, y escogidas cuidadosamente de textos de la época.

Eran librepensadores, y a favor de Voltaire jugaba la diferencia de edad, pues era bastante mayor. Eso lo registra muy bien Flotats, con la ironía de una cierta "superioridad intelectual"...Era además, un aristócrata, que guardaba muy bien su capital.

Las observaciones que hacen los dos pensadores son brillantes, y de notable altura intelectual, hablando de temas que siguen hoy vigentes. Son filósofos pedagógicos, y no pretenden adoctrinar. La escenografía refleja muy bien los salones de aquella época de la Ilustración: sillas, mesas y unas velas para atenuar la falta de luz. En la interpretación, brillan ambos, tanto Flotats con sus expresiones grandilocuentes, y gestos algo exagerados, como la rotundidad y vehemencia de su contrincante (que interpreta bien Pep Planas).