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'De la Instrucción Pública a la digitalización de la Enseñanza', en España de 1820 hasta hoy

Delgado, durante la firma de ejemplares de su anterior libro 'Tejares 13', en su presentación en Madrid el año pasado.
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Delgado, durante la firma de ejemplares de su anterior libro 'Tejares 13', en su presentación en Madrid el año pasado. (Foto: Carlos García Sánchez)

Francisco Delgado Ruiz relata, en clave crítica y argumentada, los hechos más relevantes de dos siglos de la enseñanza no universitaria

La editorial Altabán publica este nuevo libro del expresidente de Europa Laica

martes 19 de enero de 2021, 17:11h
Un luchador, en sus diversas ocupaciones, por las libertades y la laicidad, Francisco Delgado Ruiz, tiene nueva obra en las librerías con un tema de tan enorme como eterno interés en nuestro país: la enseñanza. En este caso, el expolítico y expresidente de Europa Laica -donde ha desarollado una gran labor, incluyendo sus numerosas publicaciones en torno al laicismo y, en concreto, en la defensa de una escuela laica- con su habitual lenguaje claro, sencillo y cargado de didactismo, hace un amplio, histórico y crítico repaso de la evolución de la no universitaria desde 1820. De eso va su reciente libro 'De la Instrucción Pública a la digitalización de la Enseñanza (España 1820 2020)', editado por Altabán.

El autor de este libro -que sucede a 'Tejares 13', una especie de memorias, también críticas, de su larga trayectoria vital desde su nacimiento en Albacete hace setenta años que incluye su paso por el sindicalismo y la política- de cerca de 250 páginas plantea desde su óptica pero con datos y argumentos los altibajos del paso de dos centurias en este tipo de enseñanza. Paco Delgado, colaborador en la sección de opinión de Diariocrítico, lo ha estructurado en diez capítulos, con una introducción y un epílogo a modo de conclusión.

En la introducción de este 'De la Instrucción Pública a la digitalización de la Enseñanza', relata que a lo largo de los siglos XVIII y XIX diversos estados europeos establecieron sistemas educativos. Siendo ello una de las consecuencias de la modernidad y de la lucha promovida por intelectuales de la Ilustración y acelerado por la Revolución Francesa de 1789. Esta corriente de transformación social incorporó principios democratizadores en los asuntos públicos, aprobó propuestas a favor de una nueva ciudadanía (inicialmente masculina) y puso en marcha, muy lentamente, actuaciones innovadoras en la convivencia social y en la gestión de la cosa pública.

Derecho de la ciudadanía

De tal modo que la Instrucción pública pasó a convertirse en un derecho de la ciudadanía y un deber de los Estados, que comenzarían a definir y a proyectar escuelas de enseñanza primaria, inicialmente, bajo la responsabilidad de los municipios. En cuanto a nuestro país, aunque más lentamente que en el resto de Europa e, incluso, que en América latina y EEUU, comenzarían, los primeros movimientos ilustrados hacia finales del siglo XVIII, con el reinado de Carlos III, pero sobre todo a raíz de la Constitución de 1812, aunque con excesiva lentitud en la toma de decisiones para llevarlas a la práctica, al menos hasta la Ley de Instrucción Pública de 1857, salvo los intentos (fallidos) del “trienio constitucional” (1820-23)... ../…

Según el autor, estos principios y objetivos, como consecuencia de diversidad de avatares políticos, se difuminan con cierta frecuencia a lo largo de los siglos XIX y XX, como iremos observando a lo largo del recorrido de esta muy breve historia crítica de la Instrucción Pública en España.A lo largo de los siglos XVIII y XIX diversos estados europeos establecieron sistemas educativos. Fue una de las consecuencias de la modernidad y de la lucha promovida por intelectuales de la Ilustración y acelerado por la Revolución Francesa de 1789.

Esta corriente de transformación social incorporó principios democratizadores en los asuntos públicos, aprobó propuestas a favor de una nueva ciudadanía (inicialmente masculina) y puso en marcha, muy lentamente, actuaciones innovadoras en la convivencia social y en la gestión de la cosa pública. Por ello, la Instrucción pública pasó a convertirse en un derecho de la ciudadanía y un deber de los Estados, que comenzarían a definir y a proyectar escuelas de enseñanza primaria, inicialmente, bajo la responsabilidad de los municipios.

Buenas pero lentas decisiones

Aunque más lentamente que en el resto de Europa e, incluso, que en América latina y EEUU, en España comenzarían, los primeros movimientos ilustrados hacia finales del siglo XVIII, con el reinado de Carlos III, pero sobre todo a raíz de la Constitución de 1812, aunque con excesiva lentitud en la toma de decisiones para llevarlas a la práctica, al menos hasta la Ley de Instrucción Pública de 1857, salvo los intentos (fallidos) del “trienio constitucional” (1820-23). A partir de ahí se van desarrollando el resto de los interesantes y documentados capítulos.

"Estos principios y objetivos, como consecuencia de diversidad de avatares políticos", relata Delgado, "se difuminan con cierta frecuencia a lo largo de los siglos XIX y XX", y ya a partir de ahí el autor se adentra en ir observando a lo largo del recorrido de esta que califica como "muy breve" historia crítica de la Instrucción Pública en España.

En su vasta vida cargada de experiencias, Delgado fue desde muy joven un militante, por libre en principio, contra la dictadura franquista, lo que este sicólogo industrial y licenciado en Relaciones Laborales desarrollaba a la par que su trabajo en artes gráficas y en una entidad bancaria. Y a poco de morir Franco, ya el albacetense miembro del PSOE, su secretario general Felipe González le encargó la reorganización del partido en la provincia manchega.

Después fue diputado en representación de Albacete en las Cortes Constituyentes de 1977 y también senador en la legislatura siguiente, la que comenzó en 1979, siempre por el PSOE. Partido que abandonó en 1999, al no senrtirse a gusto con lo que creía un proceso de derechización e intentar mantener su independencia de criterio. También navegó en la política local como teniente de alcalde de Albacete (1991-1995).

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