Las grandes cadenas hoteleras reconocen el fuerte impacto económico sufrido por el procés soberanista catalán

El consejero delegado de NH Hoteles, Ramón Aragonés, reconoció ayer que la empresa perdió dos millones de euros en su resultado bruto de explotación debido al procés. "En nuestro caso el impacto de la crisis catalana sí que ha sido relevante. Ha habido una recesión importante, aunque de cara al futuro es una incógnita", dijo en una mesa redonda en el Foro de Innovación Turística de Hotusa Explora celebrado en Madrid. "Si vuelve a haber confrontación, impactará directamente en las cuentas", declaró.

El consejero delegado de Barceló, Raúl González, también reconoció que la tensión en Cataluña después del 1-O les ha afectado, debido a la caída en la celebración de eventos. "Uno de nuestros hoteles en Barcelona pasó de tener a 25 de septiembre una previsión de incremento del 22% para octubre a cerrar el mes con una caída del 6%", explicó. Y lamentó que Barcelona ha pasado de ser la "ciudad estrella de la hotelería urbana española" a que exista "preocupación por lo que va a pasar".

Por su parte, el presidente de Hotusa, Amancio López Seijas, confirmó que desde el 1 de octubre ha habido un "desplome" que ha continuado hasta diciembre, aunque celebró que en enero la caída "es menor". Recordó que en Barcelona la demanda hotelera crecía alrededor del 8% antes de que el Gobierno catalán proclamara unilateralmente la independencia y advirtió de que "si continúa el conflicto en la calle, será difícil de romper".

Paralelamente, continúa la salida de empresas de Cataluña, que ya suman 3.200. Ayer anunciaron su traslado de sede el grupo hotelero Gargallo, la multinacional japonesa Panasonic, la electrónica Mitsubishi y la cadena de restauración Pastificio, dueña de La Tagliatella.

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