La variante ómicron del coronavirus ha vuelto a encender todas las alarmas y pese a que la campaña de vacunación está muy avanzada, los contagios se han vuelto a incrementar en gran parte del mundo, especialmente en Europa. Por ello, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) aboga por adelantar la tercera dosis o dosis de refuerzo.
La recomendación actual de la EMA era administrar la tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus 6 meses después de la finalización de la pauta vacunal, es decir, de la segunda dosis.
Varios países comenzaron a vacunar con la dosis de refuerzo a la población más vulnerable como los mayores de 80 años y personas inmunodeprimidas. España ha seguido esta línea y al igual que en la primera vacunación, ha ido bajando la franja de edad para la administración de la última dosis.
Pero la EMA acaba de anunciar una nueva recomendación y ha subrayado que los datos disponibles avalan la puesta de la tercera dosis 3 meses después en vez de esperar 6.
El organismo aconseja así adelantar la administración de la dosis de refuerzo y garantiza que los estudios realizados hasta la fecha indican que el adelanto de la vacuna es seguro y eficaz.
¿Cómo afecta la nueva postura de la EMA?
Algunos países de la UE ya están administrando la tercera dosis a la población general una vez hayan transcurrido 6 meses desde la última dosis, sin comenzar por determinadas franjas o grupos de edad.
En España se ha seguido el esquema de la vacunación primaria por franjas y grupos vulnerables y de momento se está administrando a los mayores de 60 años, inmunodeprimidos o personal sanitario y siempre que haya pasado medio año desde el último pinchazo.
De momento es una recomendación para intentar atajar cuanto antes el recrudecimiento de la pandemia y ante el temor a que ómicron pueda escapar a las vacunas. Si España apuesta por seguir la nueva recomendación de la EMA, tendría que adelantar el calendario marcado e inmunizar ya a los que se hubiesen vacunado antes de octubre.
Pero más allá de las dosis de refuerzo, la EMA ha vuelto a insistir en la necesidad de que todos los ciudadanos se administren la pauta primaria de la vacuna y han resaltado que la variante Delta es la que sigue predominando y preocupando.
Pero no pierden de vista a Ómicron y han confirmado que de momento no disponen de los datos suficientes para determinar cómo influyen las vacunas en esta cepa, aunque han precisado que los estudios provisionales sugieren que es "más contagiosa" y que podría reducir la capacidad "neutralizante" de las vacunas.
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