La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, va a tener que someterse a una moción de censura en el Parlamento Europeo después de que se haya registrado dicha petición por un total de 72 eurodiputados, la razón de la misma es sus mensajes con el CEO de Pfizer en plena compra de vacunas contra el covid. El conocido como 'Pfizergate' va a llevar a la jefa del Ejecutivo comunitario a un debate y votación en la Eurocámara presumiblemente en el siguiente pleno, en el mes de julio, en Estrasburgo. Con todo, la alemana sigue teniendo mayoría en la Cámara, con los apoyos practiacemente intactos respecto a su investidura.
De acuerdo con el reglamento interno del Parlamento Europeo, la décima parte de los diputados que forman el Parlamento tiene el poder para presentar ante el presidente una moción de censura de la Comisión, algo a lo que ya se ha llegado en esta ocasión. Por otra parte, el debate sobre la censura no va a tener lugar hasta que transcurran 24 horas como mínimo desde que se informe a los diputados de la presentación de la moción de censura. La votación sobre la moción va a ser nominal y no se puede hacer hasta pasadas 48 horas como mínimo desde el inicio del debate.
La fecha más probable es julio
Lo normal es que sea en el mes de julio, justo un año después de que revalidara su cargo como presidenta de la Comisión Europea con una mayoría ajustada de 401 votos a favor (de los 707 emitidos), 284 votos en contra, 15 abstenciones y 7 votos nulos. Lo más probable es que ahora mantenga también los apoyos del Partido Popular Europeo, los socialdemócratas, los liberales, los verdes en su mayoría y gran parte de ECR, el grupo que encabeza Giorgia Meloni; ahí sí que hay división. La italiana se ha posicionado en contra de la moción, pero no los polacos de Ley y Justicia.
La razón de todo es el 'Pfizegate'. La Comisión Europea habría de haber entregado la información sobre los contratos de compra de vacunas contra la covid con Pfizer. Esa es la conclusión a la que se llega en la sentencia emitida hace un mes por el Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) ante la denuncia del 'New York Times' porque no se enseñaron las conversaciones en mensajes de texto entre la presidenta Ursula von der Leyen y el CEO de la farmacéutica, Albert Bourla.
La demanda está basada en una solicitud de 2022 para conseguir los mensajes de texto entre la propia Von der Leyen y Bourla, relacionados con la compra de vacunas contra el virus. La Comisión dijo que "no pudo identificar documentos que correspondieran con la solicitud", pero, afirmaron ya esta semana las fuentes comunitarias consultadas, no se negó ningún acceso, por lo que la situación de transparencia está resulta para Bruselas. El Ejecutivo comunitario aseguró que no se negó el acceso a los mensajes de texto, sino que estos no se registraron porque no había ningún contenido relevante. De acuerdo con sus normas internas, solo se archivan comunicaciones que sean de importancia, mientras que las comunicaciones efímeras, como los mensajes de texto operativos, no se guardan.
En cambio, el TJUE señaló en la sentencia que "el Reglamento relativo al acceso a los documentos tiene por objeto conferir, de la manera más completa posible, el derecho de acceso del público a los documentos que obran en poder de las instituciones. De este modo, y por regla general, todos los documentos de las instituciones deben ser accesibles al público", lo que incluye los mensajes de texto.