El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos anunció una medida polémica: la revocación de la certificación que permitía a la Universidad de Harvard aceptar estudiantes internacionales.
Con esta decisión, la prestigiosa institución ya no podrá inscribir nuevos alumnos extranjeros, y aquellos que ya están matriculados deberán transferirse a otra universidad o enfrentarán la pérdida de su estatus legal en el país.
Sin embargo, el DHS ha otorgado un plazo de 72 horas a Harvard para proporcionar información específica sobre protestas o actividades "violentas" en las que hayan participado sus estudiantes.
Según detalló la secretaria del DHS, Kristi Noem, en una carta dirigida a la universidad, esta información podría ser clave para que Harvard recupere su certificación dentro del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVP).
Protestas y actividades "ilegales"
Entre los requisitos impuestos por el DHS se incluye la entrega de vídeos, imágenes o audios relacionados con manifestaciones o actos "ilegales" y "violentos" ocurridos en los últimos 5 años, tanto dentro como fuera del campus. Estas actividades deben estar vinculadas a estudiantes con visas de los tipos J1 y F. La solicitud refleja la intención del gobierno de investigar posibles vínculos entre protestas estudiantiles y comportamientos considerados contrarios a los valores nacionales.
En declaraciones públicas, Noem destacó que esta decisión envía "un mensaje claro a Harvard y al resto de universidades: la Administración Trump hará cumplir la ley y combatirá el antisemitismo y el antiamericanismo en los campus".
Además, subrayó que "matricular estudiantes internacionales no es un derecho, sino un privilegio", y criticó duramente a las instituciones que, según ella, fomentan la violencia mientras obtienen beneficios económicos de las matrículas.
La reacción de Harvard
La Universidad de Harvard respondió calificando la medida de "injusta" y aseguró que mantiene su compromiso con la diversidad académica internacional. En un comunicado oficial, la institución afirmó que sigue "comprometida con recibir estudiantes y académicos de más de 140 países". Hasta ahora, la Casa Blanca no ha emitido ninguna declaración en respuesta a estas palabras.
Por su parte, Kristi Noem acusó directamente a Harvard de "fomentar la violencia, el antisemitismo y de coordinarse con el Partido Comunista Chino en su campus". Estas declaraciones han intensificado el debate sobre la relación entre universidades y gobiernos extranjeros, así como sobre la responsabilidad de las instituciones académicas en la promoción de valores democráticos.
Advertencia a otras universidades
Además, en una entrevista en el canal conservador 'Fox News', Noem confirmó que el Gobierno está evaluando la posibilidad de tomar medidas similares contra otras universidades. Al ser consultada específicamente sobre la Universidad de Columbia en Nueva York, respondió sin ambigüedades: "Absolutamente, lo estamos... Esto debería ser una advertencia para que todas las demás universidades se pongan las pilas".
Si quieres recibir más temas como éste, puedes suscribirte a nuestras alertas gratuitas de noticias de Whatsapp o Telegram. También tenemos un boletín gratuito de noticias que llegarán a tu e-mail. Además, nos puedes seguir en Google News.