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Uno de los bellos trincherazos de Adame a su primer novillo.
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Uno de los bellos trincherazos de Adame a su primer novillo. (Foto: Muriel Feyner)

Feria de Otoño: apuntes de Alejandro Adame ante un encierro pésimo de López Gibaja

viernes 01 de octubre de 2021, 21:30h

Incoloro, inodoro, insípido, plúmbeo y lo que ustedes quieran. Es el resumen de la segunda y última novillada del ciclo otoñal por culpal del deslucidísimo encierro de López Gibaja, uno de los peores que se han lidiado –perdón, que han salido al ruedo, porque la lidia es otra cosa- en Las Ventas en los últimos años. Ante semejante desafuero de casta, del que se salvó el tercero, sólo se pudo salvar Alejandro Adame precisamente con ese novillo apuntando detalles interesantes de buen toreo. Sin opciones quedaron sus compañeros de terna, y desgracia, Alejandro Fermín e Ignacio Olmos.

Ya empezó a torcerse la tarde con un primer animal absolutamente inválido, lo que vieron todos los espectadores menos uno: el único que tenía la potestad de devolverlo a corrales. Sí, el presidente, que a pesar de las protestas y de las continuas caídas del pobre novillo, incompresiblemente lo mantuvo en el ruedo. Más de uno nos acordamos de la famosa frase que el fallecido Salva Valverde lanzaba desde el siete en estos casos: "¿A quién defiende la autoridad?”. Pues eso.

Desde luego, a los aficionados y clientes, no. Inédito quedó el coletudo, que sólo pudo mostrar tenues atisbos de buen manejo de las telas. No mucha más fuerza tenía el cuarto, muy ofensivo de cara, pero tan descastado como sus hermanos menos el que le antecedió, y que llegó descompuesto a la muleta, por lo que el cacereño quedó de nuevo sin opciones.

Cual aconteció con Ignacio Olmos, que pechó con sendos mansazos que se limitaron a defenderse a lo largo de toda la lidia, es un decir. Como con Fermín, también las ilusiones de triunfo para remontar el año próximo en el escalafón se estrellaron con su lote.

La suerte sonrió levemente al tercer coletudo de la saga de los Adame, muy dispuesto toda la tarde, ya que le correspondió el único ejemplar de comportamiento similar a un toro de lidia, el tercero, único que cumplió ante el penco y llegó codicioso, aunque rebrincado, a la flámula. Con quietud y valor el mexicano, en una labor desigual, logró tandas limpias al natural, algún redondo y magníficos trincherazos, pero lo engorrinó todo con el uso del estoque de cruceta. Ya con el que cerró la nefasta función, otro mansazo antítesis del bos taurus sin fuerza ni ‘na’, no pudo repetir su buen aire anterior.

FICHA

Novillos de LÓPEZ GIBAJA: desiguales de presentación y hechuras, mansos, descastados, excepto 3º, y muy blandos. ALEJANDRO FERMÍN: silencio; silencio. IGNACIO OLMOS: silencio; silencio. ALEJANDRO ADAME: ovación tras aviso; silencio. Plaza de Las Ventas, 1 de octubre. 4ª de la Feria de Otoño. Algo menos de media entrada sobre el aforo permitido de 11.840 espectadores.

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