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Fernando Jáuregui describe en 'La Ruptura' el resquebrajamiento de la democracia española

Fernando Jáuregui describe en 'La Ruptura' el resquebrajamiento de la democracia española

miércoles 29 de julio de 2020, 11:21h
Después de 50 años como periodista; más de 12.000 entrevistas, artículos y crónicas y una treintena de libros, el último, 'La Ruptura. La revolución en marcha que no supimos ver' (Editorial Almuzara, 2020) ha sido para Fernando Jáuregui el más difícil, duro y, posiblemente, el más triste de escribir. Éste es el primer 'mentís' (en su acepción de "desmentido", según la RAE) que quien firma estas líneas se ve en la obligación de hacer a Jáuregui. Habrá un segundo.

Es su libro más triste, a pesar de que en algunas de sus dedicatorias y declaraciones afirme que se ha divertido escribiéndolo. Maticemos: a Fernando Jáuregui le gusta escribir. Pero no todo lo que escribe le hace feliz ‘per se’. Después de 15 años conociéndole (parte de ellos, cuando él dirigía Diariocritico), puedo asegurar que no es masoquista.

Como periodista, Jáuregi ha tenido que publicar muchas veces su “adiós” a políticos de diferentes partidos, con quienes mantenía trato cordial, que eran asesinados por ETA en los “años/décadas de plomo”. Ha tenido que contar cómo un guardia chusquero venido arriba intentaba dar un golpe de Estado y cómo dejaban este mundo Dolores Ibarruri, primero, y Santiago Carrillo, después, ambos compañeros suyos de militancia, cuando tener carnet del PCE era jugarse el tipo, y no como ahora.

Como buen “mirón” de la actualidad, Fernando Jáuregui (Santander, 1950) observa cómo se está desmoronando el espíritu democrático que hizo posible la Constitución de 1978. Una Carta “Magnánima”, más que Magna, por su enorme tolerancia democrática, gracias a la cual se han aupado al poder (de forma legal, pero no necesariamente de manera lícita y con ética discutible) los “recién llegados” que, más que “ostentar”, “detentan” cargos de Gobierno.

Gente que, en su mayoría, no sabe qué fue la Transición. No la vivió por ser muy niños o ni siquiera haber nacido. Pero lo que es peor: les importa un pito ignorarlo, como ignoran tantas cosas. Gente con carnet “de izquierdas” de hoy, cuando tenerlo no sólo no entraña ningún riesgo (gracias a la Constitución que desprecian), sino que es su salvoconducto para “pisar moqueta”, viajar en Falcon o tener mansión en Galapagar. Y no como antes.

Según la sinopsis que ofrece Editorial Almuzara, “nuestro sistema democrático, como lo hemos conocido desde el 78, se rompe (…) Existe una revolución en marcha que está quebrando el sistema democrático en el que vivimos, aquel que nos dimos en el 78 y del que nació nuestra Constitución. Con ‘La Ruptura’, Fernando Jáuregui nos desvela las claves que forjaron dicho sistema, así como su visión de la situación actual, el momento crítico de ruptura en el que vivimos”.

Ha tenido que ser Alumzara, editorial fundada por Manuel Pimentel, el único ministro que tuvo arrestos para dimitirle a José María Aznar, la que se ha atrevido con este libro. Y ha tenido que ser Fernando Jáuregui, el primer periodista que entrevistó al hoy rey Felipe VI cuando era príncipe, quien lo escriba.

“La Ruptura” cuenta mucho más que el rompimiento entre el actual monarca y su padre, el “rey emérito” (aún). Describe a los protagonistas de aquella Transición y de esta “revolución” encubierta que no vemos, que no estamos sabiendo ver y que está rompiéndolo todo.

Esta “nueva izquierda” del “post-zapaterismo” podrá acusar a Jáuregui de haberse “aburguesado”. Pobre defensa de quienes no salen bien parados en “La Ruptura”. Otros querrán vengarse, aunque juren y perjuren (más bien perjuren) que defienden la libertad de expresión.

A Jáuregui le gusta definirse como “verso suelto”. En “La Ruptura” procura dar una de cal y otra de arena, en busca de una equidad muy complicada. Las da de cal, desde luego, y las da de arena, que a veces es tierra que echa por encima de los protagonistas, sin demasiadas contemplaciones. Por esto, Fernando Jáuregui asegura que el libro le costará el exilio.

Segundo “mentís”: no creo tal cosa (lo del exilio), por muy enfadados que estén con él algunos. Sobre todo Pedro (Sánchez) y Pablo (Iglesias), los “Picapiedra” de la “nueva normalidad”. La cosa no será para tanto. ¿O sí?
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