Durante la primavera y hasta prácticamente el final del verano, es posible encontrarse con polluelos de pájaro en el suelo.
Estos meses coinciden con la época de reproducción de multitud de aves, por lo que es habitual estos encuentros con las crías de ave.
Una situación en la que muchos, sin quererlo, actúan mal y dificultan la supervivencia de los polluelos.
Cuando uno se encuentra una cría de pájaro desamparada en el suelo el primer impulso suele ser llevársela a casa para atenderla y que pueda crecer hasta que consiga volar y valerse por sí solo.
Pues como bien explica en 'Muy Interesante' el biólogo Álvaro Bayón, llevarse a la cría debe ser el último recurso.
Antes hay que prestar atención a una serie de factores para decidir sabiamente y velar de forma correcta por el bien del polluelo.
Qué hacer y qué no al encontrarse una cría de pájaro en el suelo
Lo primero de todo al encontrarse un polluelo en el suelo es comprobar su estado, es decir, si está herido o no.
No hace falta ser veterinario para comprobar si un pequeño pájaro está bien aunque no pueda volar, como es el caso de muchas crías.
Llevárselo sin más a casa y darle papillas o migas de pan mojado es un pésimo error.
Si salta a la vista que está herido, resalta el biólogo, es necesario avisar a las autoridades de recuperación de fauna silvestre. Se puede llamar al 112 y ahí derivan con las autoridades competentes.
Si el animal no está herido, lo siguiente antes de correr a cogerlo y meterlo en una caja (spoiler: error), es prestar atención al contexto.
Y es que que estos se caigan del nido no tiene por qué ser un problema, pues como detalla Bayón, forma parte del desarrollo natural de las crías.
Aprenden a saltar, a volar, desarrollan su curiosidad...y en este punto algunos pueden tener la mala fortuna de caerse del nido o alejarse demasiado, pero no por ello están desamparados. Es más que probable que la madre de los polluelos esté vigilando para intervenir si es necesario.
Volviendo al contexto, primero hay que echar un ojo al entorno. No es lo mismo encontrarse una cría en una zona de campo o jardín que en pleno asfalto con multitud de peligros (pisotones, perros, gatos...etc).
Por norma general, insiste Bayón, "el ave silvestre debe mantenerse en estado silvestre. Este es el principio fundamental que nos debe guiar".
Llevar a la cría a casa e intentar sacarlo adelante puede resultar contraproducente. En muchos casos es probable que muera al darle mal los cuidados y comidas que requiere. Y si logra sobrevivir, es más que posible que ya no pueda hacerlo de forma silvestre.
Diferenciar el tipo de crías
Una vez que se ha comprobado que el polluelo está sano, conviene identificar su nivel de crecimiento, pues al igual que los humanos, no es lo mismo un bebé de meses que un niño de 8 años.
El biólogo diferencia entre el polluelo desplumado y el volantón.
El primero de ellos corresponde a una cría muy pequeña, con poco desarrollo. Se aprecia fácilmente ya que no tiene plumas desarrolladas, sino que le envuelve una capa de plumón y su diminuto tamaño. Algunos apenas pueden abrir los ojos.
Si uno se encuentra en el suelo este tipo de cría, lo mejor es devolverlo al nido con mucho cuidado, pues es 100% seguro que está cerca de la ubicación.
Si no se localiza el nido o no está al alcance, Bayón recomienda hacer otro nido como se pueda, a cierta altura, y colocarlo cuidadosamente para que los padres lo localicen.
Si no es posible ninguna de estas opciones y tras un rato la madre no ha vuelto a por la cría, hay que llamar al centro de recuperación de fauna silvestre, nunca llevárselo a casa sin conocer los cuidados.
Si el polluelo en apuros es un volantón, con plumas y más desarrollado, la cría está en una etapa de exploración del entorno.
Es normal que intenten volar y caigan hasta que aprendan, por lo que si no está herido, lo mejor es dejarle donde está, pues encontrará la forma de volver o bien vendrán a por él.
Si el sitio es peligroso se le coge con cuidado y se le deja en un lugar cercano pero en zona ajardinada o arbolada.
Especial cuidado si es un vencejo
En el caso del vencejo la cosa cambia un poco, pues si cae al suelo puede suponer el fin para esta pequeña ave.
Tal y como detalla Bayón, el vencejo es un ave de vuelo ágil que tiene "alas finas y afiladas, patas muy cortas con cuatro dedos dirigidos hacia adelante, pico corto y boca muy grande".
Para volar tiene que dejarse caer desde cierta altura, por lo que si se encuentra uno en el suelo, hay que colocarlo en un lugar a cierta altura con cuidado y observar su progreso.
Si se vuelve a caer seguramente es porque tenga algún problema, en ese caso hay que llamar a un centro de recuperación, no llevarlo a casa. Como resalta el biólogo, hay que colocarlo en una superficie alta, no lanzarlo al aire para que coja impulso.
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