Una cita necesaria

Me parece que el presidente Zapatero acierta recibiendo el próximo 16 de octubre al Lehendakari Ibarretxe. Cuanto antes le deje claro al Lehendakari que el Gobierno pondrá en marcha todos los resortes del Estado de Derecho para que no se celebre un referéndum ilegal, mejor para todos. Porque es de suponer que eso es lo que el presidente le dirá al Lehendakari.

Y, puestos a recibir, Zapatero debería de reunirse también con el líder de ERC, Carod-Rovira, que, al igual que el lehendakari, tiene anunciado un referéndum para el 2014. Ya sé que el 2014 parece lejano en el tiempo, pero lo importante es que el socio de Zapatero tiene la misma pretensión para Cataluña que Ibarretxe para el País Vasco. Lo que no es de recibo es que el presidente aplique dos medidas distintas, una para Esquerra, porque son sus socios, y otra para el PNV porque no lo son.

Sin duda el presidente ha cometido errores importantes en su política autonómica y en su relación con los partidos nacionalistas, a la vista está, y aunque da la sensación de que estos asuntos se le han ido de las manos, no está de menos que intente reconducirlas.

Ibarretxe ha sido muy listo convocado el referéndum para octubre del próximo año, en vísperas de las elecciones autonómicas del País Vasco. Si no puede hacer el referéndum tiene parte de la campaña electoral hecha. De manera que el lehendakari también actúa en clave electoral.

La realidad es que el clima político y social en España se está enrareciendo por más que los portavoces oficiales y oficiosos de la Moncloa intenten quitar hierro a la situación. Por eso no está de más que el presidente del Gobierno de España rectifique, y una manera de rectificar puede comenzar en ese encuentro con Ibarretxe en el que le debería dejar claro que los límites del juego político están en la Constitución, ni un paso más allá.

Todo lo que sea hablar, bienvenido sea, otra cosa es que a ambos políticos les interese salir de esa entrevista con las espadas en alto. Estamos en campaña electoral, y a Zapatero le conviene enviar un mensaje a los ciudadanos y a Ibarretxe otro, por lo que el acuerdo entre ambos no va a ser fácil, pero al menos no está de más que ambos pongan las cartas sobre la mesa y se dejen las cosas claras. Eso sí, que Zapatero no le diga una cosa en privado y a los españoles nos haga creer otra en público. Confieso que me he vuelto un tanto desconfiada respecto a nuestro presidente.