El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se ha mostrado convencido de
que el conjunto de las CCAA cerrarán "bien" el objetivo de déficit para
2012, cifrado en el 1,5 por ciento, aunque ha reconocido que no como a
él "le hubiera gustado", sobre todo Cataluña, que anunció una desviación
de 8 décimas.
Así se ha pronunciado Montoro en respuesta a una interpelación del
senador de CiU Ferran Bel, que había pedido una flexibilización del
objetivo de déficit de las comunidades autónomas ante sus dificultades
para seguir recortando servicios públicos esenciales.
"Las CCAA van a cerrar bien 2012, no como a mí me hubiera gustado,
pero bien, y vamos a demostrar que el Estado de las autonomías es viable
y que merece ser apoyado y desarrollado en el futuro más inmediato", ha
proclamado el titular de Hacienda y Administraciones Públicas.
No obstante, Montoro le ha parecido "muy mal" que la Generalitat de
Cataluña anunciara una desviación del objetivo de déficit hasta el 2,3
por ciento, por lo que ha pedido que centre sus esfuerzos en el
reequilibrio de las cuentas públicas y "se olvide" de los objetivos
políticos que marcan a CiU sus socios de Gobierno.
El titular de Hacienda ha recordado además los "miles de millones de
euros" que el Estado central "ha empeñado" para financiar los servicios
públicos catalanes en el último año.
Montoro ha advertido de que de nada sirve que las comunidades
autónomas se fijen un objetivo de déficit superior, si después los
mercados no dan crédito porque no confían en su viabilidad financiera.
Pese a todo, ha querido enviar un "mensaje optimista" sobre la
evolución de déficit público porque, a su juicio, se ha reducido de
forma considerable en solo un año gracias al esfuerzo del conjunto de
las administraciones.
Un 2013 con mayores esfuerzos y estrechecesLas estrecheces financieras, la reducción del margen del déficit fijado
por el Ministerio de Hacienda y la caída de la recaudación obligan a las
comunidades a afilar las tijeras en 2013.
Durante los últimos años ya se han reducido las inversiones al mínimo. Sólo les queda meter el bisturí
para amputar parte del gasto estructural (el de funcionamiento): se
agravarán los recortes presupuestarios en sanidad (el gasto cae 6,8%),
educación (-8,6%), servicios sociales (-13,3%) y en el sector público de
las comunidades, según se desprende de las cuentas autonómicas
recogidas por Hacienda. Ya está ocurriendo en estas primeras semanas del
año. Se han cerrado urgencias en algunos pueblos, se ha elevado el
control del gasto farmacéutico y se limita la sustitución de profesores
en las escuelas.
Deben de reducir el déficit público a la mitad (del 1,5% del PIB
autorizado en 2012 al 0,7% este año). Al tiempo, necesitan financiar
48.020 millones de euros a lo largo del año, más del doble de lo
dispuesto por el Gobierno -23.000 millones- en el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA)
para ayudar a los territorios que no pueden financiarse. Y eso, con los
mercados entreabiertos [exigen duras condiciones financieras] porque no
terminan de fiarse de las comunidades.
Hacienda olvida las facturas pendientes
El último dato disponible, de octubre de 2012, elevaba la cuantía de
las facturas pendiente de pago de estas administraciones a 13.730
millones de euros. En el informe de noviembre, el último publicado
hace dos semanas, se evitó incluir la cifra total de deuda pendiente de
pago a proveedores.
Como Hacienda ya no ofrece los datos de la deuda comercial de las
autonomías hay que recurrir a los datos que ofrecen las principales
organizaciones sectoriales (Farmaindustria, Fenin y ATA) que elevan la
deuda pendiente de pago de las autonomías a 11.529 millones y eso sin
incluir a los grandes promotores de infraestructuras.
Algunas comunidades reclaman al Gobierno un nuevo plan de proveedores
para poder liquidar las facturas pendientes. Muchas de ellas
corresponden al exceso de déficit de años anteriores que no han podido
financiar porque Hacienda lo impide.
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