Cuando ya se había alcanzado un acuerdo entre Junts, ERC y el PSC para compartir gobierno, cuando ya se habían decidido derrocar a la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols (de la formación de ultraderecha Alianza Catalana), Carles Puigdemont ha mandado desde Bruselas parar el pacto.
La dirección nacional de Junts y la agrupación local del partido en Ripoll han anunciado un comunicado en el que se muestran críticos con la gestión de la alcaldesa Sílvia Orriols (Aliança Catalana). Según lo puesto, Ripoll se encuentra gobernado por un equipo en minoría y sin capacidad para llegar a acuerdos, mientras que Orriols ha colocado un "régimen personalista" y usa el municipio como instrumento de su estrategia electoral permanente.
A pesar de la contundente crítica, Junts ha decidido descartar, por el momento, apoyar una moción de censura. Creen que cambiar un gobierno en minoría por otro no iba a ser viable, que la moción iba a reforzar el victimismo de Orriols y que es necesaria una alternativa fuerte con un amplio apoyo popular.
Junts ha advertido de la fractura en la convivencia y de la imagen erosionada que está teniendo Ripoll por la gestión de la alcaldesa, a quien asegura que le gusta alimentar la confrontación social para mantenerse ene el poder. "Los ripolleses decidieron que no habría ningún partido con mayoría absoluta, pero la alcaldesa no ha sido capaz de tejer alianzas para defender el interés general del municipio", proclaman.
De esta manera, el partido se ha comprometido a cambiar la situación en las urnas, diciendo que van a trabajar para derrotar a Aliança Catalana en las próximas elecciones municipales.
El partido ha mandado un comunicado en el que oficializa su golpe de timón mientras el reloj sigue corriendo. En 5 días se acaba el plazo para que la oposición se ponga de acuerdo. Pasado este tiempo, si no hubiera pacto, Orriols va a seguir como alcaldesa y sus presupuestos van a ser aprobados, en una jugada que le habrá salido redonda a la extrema derecha.
"La polémica ha erosionado la imagen de Ripoll, y la situación nos preocupa por la incapacidad de gestión de los problemas complejos y por la fractura en la convivencia que comporta el régimen personalista de la alcaldesa. Y somos conscientes también de su disposición a atizar una confrontación social entre los ripolleses con tal de asegurar la poltrona en la alcaldía", asegura el comunicado de la formación de Carles Puigdemont que, aun así, prefiere no actuar.