El defensa sevillista Kike Salas está presuntamente involucrado en una investigación policial por una posible intervención activa en amaño deportivo para lucrarse en las apuestas.
Según informa el diario digital 'El Confidencial', Salas y unos amigos se habrían coordinado para burlarse de los controles y ganar dinero apostando por tarjetas cometidas por él.
Como es habitual, en las casas de apuestas se pagan muy bien los aciertos en tarjeta cometidas por un jugador concreto, y si el futbolista se presta de manera ilegal, puede hacer ganar mucho dinero a terceros.
En este caso, presuntamente, Salas se habría coordinado con unos amigos para apostar en distintas casas y acertar con sus amonestaciones.
Posibles tarjetas forzadas
La Policía Nacional investiga si Kike Salas utilizó identidades falsas y se coordinó con amigos para forzar esas tarjetas amarillas y lucrarse.
Ahora mismo ese informe está en el Centro Nacional Policial por la Integridad en las Apuestas y el Deporte (Cenpida) y se cree que el joven defensor daba avisos a sus conocidos para que apostaran en su nombre, ya que los futbolistas suelen evitarlo, para no ser descubiertos.
El informe policial sospecha que en al menos 5 encuentros de la pasada temporada, la 2023/24, el zaguero sevillista alteró el libre transcurso de este deporte forzando amarillas.
El caso está en estos momentos en el Juzgado de Instrucción nº1 de Morón de la Frontera.
Pillado por el móvil
Salas habría sido, además, pillado por mensajes en su móvil con sus amigos, por lo que no fue muy discreto. En esas conversaciones les apuntó en qué partidos cometería faltas merecedoras de tarjetas amarillas.
En algunos chats comenta con estos amigos los límites para apostar: "¿Solo deja 150 en el Bet [Bet365]? Bueno, Betfair es lo mismo, ¿no?".
Según cree la Policía, Salas usaba presuntamente cuentas de terceros en casas de apuestas y hacía y recibía transferencias de sus amigos, que eran sus aliados para apostar sin levantar sospechas: "Tendrás 500 en la cuenta. Son 300 míos y tuyos 200, ¿no?".
Hay un partido especialmente delicado: el 14 de abril de 2024, ante Las Palmas, Salas cometió una falta sin mucho sentido en el juego y recibió amarilla. Un amigo había apostado 5 veces a que sería amonestado.
El informe apunta a que habría repetido este tipo de actuación en otros partidos de esa temporada, como ante Villarreal, Cádiz, Athletic y Barça. En total, estos amigos habrían ganado unos 9.000 euros gracias a sus 6 amonestaciones bajo sospecha.
En caso de ser imputado por delito de estafa a los operadores de juego, Salas se podría enfrentar hasta a 3 años de prisión, evitables en caso de acuerdo con las casas de apuestas perjudicadas.
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