Esta obra parte de “Instruccions per enterrar un pare”, que tuvo que suspenderse en el 2020, a raíz de la pandemia. Y sus autores siguen siendo Llago Alonso y Carme Marfá, un dúo triunfal en el teatro catalán, habiendo estrenado obras como “La pell fina” o “Ovelles”. La actual función, que se representa en el Teatro Borrás, está interpretada por una actriz veterana Mercè Aránega, junto a Mia Sala Patau, y Francesc Ferrer. Está producida por “Mariana en Viu”, una nueva división del grupo Balañá, que gestiona varios teatros en Barcelona
Es un espectáculo de humor negro, que parte de un hecho bastante cotidiano: se muere una persona mayor, y su familia no puede costear el entierro. Se trata del padre de Toni, y éste no sabe cómo explicar la situación a su madre Aurelia (Mercé Aránega) y con la complicidad de su hija Emma, enterrará al padre por su cuenta...Todos quieren proporcionarle una despedida digna...pero con el menor coste.
La mala situación económica de Toni da lugar a múltiples situaciones jocosas, entre el surrealismo y ese humor negro mencionado. Pero no por ello se deja de reflexionar sobre la muerte, y cómo han cambiado los entierros, el ambiente de los tanatorios (en eso la hija es muy clarividente). Todo eso choca con la mentalidad de la madre que se queda viuda, pero al final acaba claudicando, y los tres familiares entierran al finado, como buenamente pueden. Es una reflexión sobre cómo se aprovechan las compañías funerarias en un momento vulnerable de las familias, añadiendo costes para que “quede un buen entierro”.Y se habla de la manera con que nos enfrentamos a la muerte, según el momento de la vida en que nos encontremos. También depende de la edad, muy distinto el planteamiento de los mayores, a los jóvenes…
Rituales
La obra habla de los rituales, que han ido cambiando a lo largo de la historia. La “relación” con el muerto: los jóvenes no son partidarios de verlo (y por eso se crearon los tanatorios: centros fríos y asépticos).Antes se moría en casa. Ejemplo de lo primero, es la joven actriz Mia Sala Patau que se mueve entre sentimientos de ternura y emoción hacia su abuelo, y un tono irónico y crítico. Interpreta muy bien ese papel, como también la veterana intérprete Mercè Aránega. Esta vez, en un papel dentro de la comedia, aunque tiene muchos registros.Y no desentona Francesc Ferrer, quizá el que provoca más hilaridad, por su planteamiento práctico: no tiene ni un duro, y debe ahorrar lo máximo en el entierro. En un momento del espectáculo, ya hacia el final, suena un popularísimo tema antiguo de Eurovisión (ahora que está tan de moda el tema), lo que provocó la noche del estreno, el aplauso espontáneo del público…Yago Alonso y Carmen Marfá son a la vez autores del texto, y directores.
La escenografía es austera pero original (no podía ser menos, teniendo en cuenta la situación económica de los protagonistas) y con un ataúd que desprende “historia”, y decorado con dibujos que mueven a la risa. Los tres personajes corresponden a tres generaciones, aunque aparentemente, entre el padre y la hija no hay tanta diferencia visible de edad...En la obra se habla con un cierto tono de denuncia, paliado con el sentido del humor y la ironía, poniendo énfasis en la dignidad del fallecido. Y de los rituales que han ido cambiando con los tiempos, y que cohesionan a las familias.
Cualquier espectador, detrás de la risa, se ve interpelado porque el tema de la muerte nunca “pierde actualidad”, pues es nuestro único fin seguro. Por tanto, habrá lugar para la reflexión...El espectáculo en catalán y con duración adecuada de 80 minutos, permanecerá en la cartelera hasta el domingo 29 de Junio.
Teatro Borrás. Martes a jueves: 20h. Viernes: 19h. Sábados: 17.30 y 20h. Domingos: 18h.
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