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De izquierda a derecha Ariadna Alcañiz, Sigrid Cervera y Sarah Rippert.
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De izquierda a derecha Ariadna Alcañiz, Sigrid Cervera y Sarah Rippert.

En el Museo de la Erótica hubo una charla- coloquio en torno a lo que supuso “Sexo en Nueva York”

La directora del Museo Sarah Rippert, la sexóloga del mismo Sigrid Cervera, y una periodista especialista en moda Ariadna Alcañiz, debatieron sobre la serie y el sexo en general

jueves 05 de junio de 2025, 17:59h

Han pasado 20 años, y ahora vuelve la serie, pero con algunas modificaciones: faltan algunas actrices del reparto inicial: Kim Cattral, Sarita Choudhury o Nicole Ari Park, y han entrado nuevas, y hasta el título ha variado: “And just like that”, con un formato entre la comedia y el drama. Y es inevitable retrotraerse a esa serie “Sexo en Nueva York” que rompió moldes, con una nueva forma de vivir el sexo, comentando temas como la masturbación, el sexo anal, o la felación...Y lo novedoso es que aquellas mujeres, provenientes de una clase social de nivel alto, adineradas e independientes, conversaban de ello en cualquier lugar: un bar, una tienda, o el vestuario. Tras el planteamiento que esbozaron las tres especialistas en el Museo de la Erótica, hubo un entretenido coloquio en torno al tema, con preguntas y reflexiones. Asistieron periodistas de radio y prensa.

Muchas mujeres en 1998, año de inicio de la serie, querían parecerse a las protagonistas: Carrie, Miranda, Charlotte y Samantha. Fue un fenómeno televisivo cosmopolita, irreverente y brillante, de unas mujeres sin prejuicios que, entre citas, cócteles y confesiones, crearon imitadoras en medio mundo. En ese momento, no era frecuente que se hablara, (y menos ellas), de conceptos sexuales que hoy no son tabú, pero que en esos años despertaban asombro.Todo ello ha coincidido con que la cadena Max ha creados 12 nuevos episodios...pero ya no es lo mismo, puesto que ha cambiado el título, tiene tintes de comedia dramática, y sólo conserva algunos puntos de su idea inicial…

Eso no impidió que en el Museo de la Erótica se abordara con nostalgia y buena dosis de humor, el recuerdo de esas mujeres solteras de treinta y tantos años (sin llegar a los cuarenta) que eran independientes económicamente, gracias a su éxito profesional. Sarah Rippert, directora del local, señaló que la serie neoyorkina “marcó un antes y un después, eran mujeres que, siendo distintas, se apoyaban entre ellas. Desde luego, en televisión nunca se había visto algo parecido”. Como escena favorita mencionó la del “plantón de la boda”.

La sexóloga Sigrid Cervera se decantó (en cuanto a su escena preferida) por “aquella en que una de las mujeres se quedaba enganchada a un vibrador”(sonríe). Señala “Sexo en Nueva York” como una serie que hablaba de “cosas que nunca se habían abordado en televisión. Y del sexo, más allá de los genitales. Sin obviar el tópico del “tamaño del pene”, y un asunto que todavía era algo “tabú” como la menopausia, que se ha ido normalizando...”.

Citas

En el coloquio que se celebró en el MEC se relacionó la serie con las citas, que es un tema de moda. Pero en ese momento eran más bien en persona, y ahora se han convertido en algo básicamente virtual. Las tertulianas (aunque había algún hombre) coincidieron en que el personaje de Carrie, hoy no llamaría tanto la atención, y Sarah apuntó un dato, y es que la serie “nació a partir de la columna de un periódico”y puso énfasis en que “no se puede analizar desde lo que ocurre hoy en día, sino en el contexto de esa época: finales de los 90. Entonces, las relaciones eran básicamente heterosexuales y monógamas”.Por su parte la periodista experta en moda, Ariadna Alcañiz comentó la forma de vestir que marcó la mencionada serie.

Vulva

Hace una semanas se inauguró en el Museo de la Erótica “El Jardín de la Vulva”, al que dan entrada dos cortinas de color corinto, y uno se introduce en una sala, donde se exponen obras de dos artistas: la colombiana Patricia Bonfante, con su obra “Vdoor Project” (2024) y Jamie McCartney, autor de “El Gran Muro de la Vulva” (2006).Todo gira en torno al órgano sexual femenino, distinguiendo vagina, vulva y clítoris, y cómo se ha representado a lo largo de la historia. En un muro se encuentran unas 30 vulvas fotografiadas, demostrando su disparidad. En épocas prehistóricas se abundaba en la figura del falo, pero la vagina ha tenido importancia, no sólo como símbolo de la procreación y dar vida, sino como fuente de placer, de fuerza y vigor...Con este motivo se celebraron en el MEB las “Jornadas de la Vulva, Vagina y Clítoris” del 14 al 25 de Mayo, como el mes anterior había tenido el Festival del Pene, por segundo año consecutivo.

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