La Abogacía del Estado, que ejerce como defensa de Álvaro García Ortiz, ha subrayado este jueves la existencia de un "juicio paralelo basado en conjeturas" contra el fiscal general y que viene marcado por "un contexto mediático excepcional que, en ocasiones, ha desbordado el debate jurídico".
El juicio a García Ortiz por revelación de secretos ha reanudado este jueves su fase final con los informes finales de la defensa y el derecho a la última palabra del acusado.
La defensa de García Ortiz apenas ha tardado unos minutos en señalar las "dificultades" que han marcado este causa judicial. "Este procedimiento ha estado marcado por un contexto mediático excepcional que, en ocasiones, ha desbordado el debate jurídico y ha podido generar un juicio paralelo basado en conjeturas, filtraciones y lecturas parciales que ha creado un entorno adverso para la presunción de inocencia del fiscal general", ha criticado José Ignacio Soto, el abogado del Estado que comparte la defensa junto a su compañera Consuelo Castro.
Registros nulos
En su turno de conclusiones, la Abogacía del Estado ha vuelto a reiterar como punto de partida para su exposición que "una persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario". Para seguir insistiendo en la "nulidad" de los registros practicados en los despachos del fiscal general y de la fiscal jefa provincial de Madrid, cuando los agentes de la UCO decidieron clonar los dispositivos electrónicos de ambos. La defensa cree que, como los propios guardias civiles han afirmado ante el tribunal, copiaron todo el material disponible y se lo llevaron para hacer más tarde un cribado. Todo ello, "sin cobertura" legal ya que se "ejecutó en unos términos que no estaban contemplados" en la resolución del magistrado instructor, que había puesto unos límites temporales.
"Existió una voluntad de no investigar"
La defensa ha continuado insistiendo en uno de sus grandes argumentos: que hay muchos potenciales filtradores. La Abogacía del Estado ha especificado cómo cientos de personas pudieron conseguir acceso al correo filtrado, debido a todos los sistemas informáticos y documentales a los que se metió (tanto en las fiscalías de Madrid, como en la Fiscalía General del Estado, como en el decanato de los juzgados de Madrid).
También se había pasado ese correo a la Abogacía del Estado y lo pudo manejar el entorno del novio de Ayuso. De acuerdo a lo que añade la defensa, "existió una voluntad de no investigar a todas estas personas que podían tener acceso" para poder focalizar la causa desde el principio contra García Ortiz.
La única filtración acreditada es la de González Amador
La defensa de García Ortiz ha dicho que la única filtración acreditada en la causa es la del correo electrónico que el fiscal de delitos económicos Julián Salto mandó al abogado de Alberto Rodríguez Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso, el 12 de marzo. "Neira [el abogado de la pareja de Ayuso] inmediatamente lo fotografió y remitió a su cliente, este a su vez lo reenvió al jefe de gabinete de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Es la única filtración de un correo electrónico que está debidamente acreditada en la causa", ha argumentado.
La defensa ha tratado de meter posibles dudas razonables para lograr la absolución. El abogado del Estado ha indicado que, como aparece en la causa, la "única filtración debidamente acreditada" es la del correo del fiscal Julián Salto. En la sala se ha podido demostrar que el abogado de González Amador le reenvió este mensaje a su cliente, quien se lo pasó a Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de Ayuso, que lo distribuyó entre periodistas. "Es razonable pensar que Miguel Ángel Rodríguez también tenía el correo de 2 de febrero [enviado por la defensa de González Amador y que es el que se investiga], igual que tenía el del 12 de marzo".