El fenómeno Taylor Swift: ¿Qué hay detrás de la cantante más popular de nuestro tiempo?

Taylor Swift acaba de sacar nuevo disco este viernes y si hay alguien que no se ha enterado es porque vive 'offline', no ve la tele, ni lee noticias. Te gustará o no te gustará, pero a poco que hayas mirado una pantalla este viernes habrás escuchado algo sobre ella, Swift es el nuevo fenómeno de masas de la música popular, el equivalente, o al menos parecido, a los Beatles en los 60 o Michael Jackson en los 80, la figura más popular del momento en el mundo de la música.

Esa popularidad suele traer una enorme polaridad, sobre todo en estos últimos tiempos en los que las estrellas del pop se han convertido casi en equipos de fútbol y sus fans en ultras, esto quiere decir que con cada nuevo lanzamiento sus millones de fans, conocidos como 'Swifties' dirán que la Mesías ha vuelto a entregar un nuevo trabajo celestial en el que no falla ni una canción y sus detractores (a los que, por cierto, perfectamente describió en la maravillosa 'Shake It Off', "haters gonna hate, hate, hate...") se rasgarán las vestiduras y sollozarán por vivir en una época tan vulgar y desastrosa en la que se eleva a gente tan mediocre como ella, por supuesto no como en "sus tiempos", lugares mágicos donde todo el mundo hacía grandes canciones, películas, se jugaba mejor al fútbol y demás tonterías.

Si te metes en páginas como 'Albumoftheyear' o 'Rateyourmusic' podrás ver que su nuevo disco lo que más tiene son gente dándole la mayor calificación y gente dándole la menor. Desde luego no es ni una cosa, ni la otra, hace poco salía un libro sobre Taylor Swift, llamado el 'Fenómeno Taylor Swift', escrito por el periodista, y también profesor, Yeray S. Iborra en el que dice que Swift "no tiene la mejor voz, ni las más logradas melodías, ni las historias contadas con más maestría, ni las coreografías más vistosas; definitivamente, siquiera tiene los mejores temas", pero sí que hace bien todas esas cosas.

Pero por lo que realmente destaca Taylor Swift es por cómo ha sabido manejar sus negocios y sacar partido de su popularidad. Sin duda, su jugada maestra ha sido la de regrabar todos sus antiguos discos, sobre los que no tenía los derechos y hacerlo en el momento en el que su populardad estaba en el máximo, consiguiendo que sus nuevas versiones o 'Taylor's Versions' se conviertan casi en más populares que las anteriores, y haciendo que muchos artistas se planteen una jugada que les devuelve el poder sobre sus propias canciones, seguro que Paul McCartney hubiera estado encantado de poder hacerlo cuando John Lennon y él perdieron los derechos sobre sus propias canciones en los Beatles.

Pero es que si algo no se le puede negar a Taylor Swift es su inteligencia y lo bien que sabe manejar el negocio, algo que también supieron hacer antes que ella gente como Madonna o Kiss. En una época en la que las estrellas pop llegan a los titulares mucho más por su vida privada que por sus discos y canciones, ella ha convertido su vida privada en el material de sus discos y canciones. Nunca la verás en una entrevista hablar sobre su vida privada pero cada disco está lleno de referencias a sus ex parejas y parejas actuales haciendo que sus millones de fans escuchen sus discos casi como si estuvieran leyendo el diario personal de su artista favorita.

Todavía no he podido hacerme una impresión hacia su nuevo disco, 'The Tortured Poets Department' pero las redes sociales ya están llenas de teorías sobre a quié se refiere que, cuánto recibe Matt Healy, de The 1975, y cuánto Joe Alwyn, sus dos parejas anteriores, aunque cosas como "tú no eres Dylan Thomas, yo no soy Patti Smith, esto no es el Chelsea Hotel, solo somos idiotas modernos", demuestran su inteligencia, además de un golpe bastante certero a Healy.

Por ahora, de lo que he escuchado, puedo decir que me suena todo ya escuchado, una especie de mezcla entre los sintes de 'Midnights' y el tono más confesional de los dos discos que me acercaron a su obra 'folklore' y 'evermore', con las primeras 16 canciones más cerca del primero, se nota más la mano de Jack Antonoff, y las otras 15 más cerca de los segundos, con una clara influencia de Lana del Rey. Evidentemente, a primeras, se puede ver que es un disco al que le hubiera venido bien una buena tijera, pero lo de sacar discos interminables con muchas canciones es otra de las cosas más comunes entre los artistas más escuchados de la época del 'streaming', como Drake o Beyoncé, eso sí, puedeo decir a favor de 'Cowboy Carter' que Beyoncé ha sacado un disco mucho más jugoso y arriesgado que este.

Pero que esto no sirva como crítica únicamente negativa, hay cosas mucho peores que Taylor Swift (a alguien que ha compuesto canciones como 'All Too Well' o 'Seven' no se la puede negar el talento), como también las hay mejores, y si no les gusta nadie les obliga a escucharla.