Pero ya menos la de la angoleña
Franquelina, que aprovechando la afición futbolera de ZP, le hizo el símil siguiente:
"en un equipo de fúbtol, si las cosas van mal, se echa al entrenador, ¿ha pensado usted dimitir?". Como era lógico la respuesta es no,
"porque a los entrenadores no los suelen elegir los socios, y a los presidentes sí". No sólo eso, sino que el presidente se siente ahora está más motivado que nunca, y por eso ha aumentado la protección social y otras medidas similares que fue desgranando. Y ya se puso algo más caliente el tema, al hablarle
Rocío de la famosa
"medida electoralista" de los 400 euros.
ZP aprovechó para señalar que
Obama va a hacer algo similar con 500 dólares, pero que la idea era ayudar a las familias más necesitadas y que como había superávit, aun sabiendo que no sería una panacea sí iba a ayudar
"sobre todo a las más necesitadas, que han sido 600.000".
La crisis es la crisis, y había protagonizado la mayoría de las preguntas en la primera parte, pero también saltó ahora. Como la de
Joaquín, un pintor que le insistió en cuánto iba a durar esto y, de ,nuevo. en porqué no le llega el dinero de los bancos a las pequeñas empresas.
A ZP le sirvió para presumir del
"oxígeno" que va a servir a
"pequeñas y medianas empresas de la construcción" de los 8.000 millones de euros para 31,000 obras en los pueblos españoles, controladas por los Ayuntamientos. Y también volvió a explicar que los bancos sólo han recibido el apoyo y aval, y que pronto volverán los créditos.
El malagueño
Juan Alzueta le felicitó por
"la contundencia" de sus explicaciones, pero le espetó que si
Rubalcaba, cuando el 11.M, dijo que España no se merecía aquel presidente, qué le parecía al propio ZP tras haber incumplido sus promesa de pleno empleo.
El presidente negó haber dicho nunca eso, aunque admitió que confiaba en que nunca se llegaría a la situación actual, por lo que quería avanzar y crear 2 millones de empleos
: "y el PP prometió 2 millones y media. Nadie preveía la crisis".
Un importante cambio de tercio significó la pregunta de
Juan, que le acusó de que los socialistas
"tiemblan" cuando habla la Iglesia, a la que le tienen mucho miedo.
"¿Para cuando leyes que la Iglesia critica como el aborto o la eutanasia".

La Conferencia Episcopal y un sacerdote
ZP, que se sonrió al escuhar la pregunta negó la mayor. O sea, porque la Conferencia Episcopal ha criticado durísimamente algunas leyes y
"el Gobierno las aprobó, como la del matrimonio de los homosexuales".También aprovechó para anunciar que
"en esta legislatura se modificará la ley del aborto", porque la existente, con 20 años de antigüedad, tiene deficiencias.
Se calentó el tema, porque
Luis, un sacerdote -qué casualidad de que le tocase a él en ese momento- le echó en cara que el Estado era aconfesional pero no laico, pero sobre todo le señaló que si no creía que
"el embrión también es un ser humano". ZP, con habilidad jesuítica, no quiso profundizar
"en un tema científico", pero insistió en que habrá una nueva ley al respecto. Y que más que de aborto, de lo que habla es de
"no penalizar a las mujeres que lo practican". Eso sí, añadió, de inmediato, que
"todo ello sin olvidar" el exceso de embarazos no deseados.
Lo absurdo de que haya 17 tipos de vacunaciones para los niños en España, una por autonomía, fue el asunto al que se refirió la extremeña
Rosa, y Zapatero le dio la razón:
las autonomías tienen cosas buenas y algunas pegas como ésta". Aprovechando para loar la idea del presidente extremeño de unificarlas:
"lo que se va a hacer".
Finalmente, Zapatero, respondiendo a una estudiante que le echó en cara que no cumplía sus promesa de 2001, cuando criticó duramente el 'Plan de Bolonia', le dijo que no se refería a eso y sí a la LOGSE. Después puntualizó que 'Bolonia' es bueno, aunque mejorabale.
Y se acabó, porque aunque el programa parecía estar previsto que durase dos horas,
Lorenzo Milá cortó a las 11,40, es decir sólo hora y media después de empezar. No obstante, como en el programa de 2007, Zapatero se comprometió a contestar por escrito desde Moncloa al resto de las cuestiones -sólo hubo tiempo para 40- que se le iban a plantear.