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1º de Mayo, crisis y sentido de Estado

lunes 27 de abril de 2009, 11:30h
Gobernar o hacer oposición, mirando siempre las encuestas, atentos siempre al estado de la opinión pública, es un ejercicio de inteligencia. Pero gobernar o hacer oposición atentos sólo a las oportunidades del momento tiene su mérito y suele rendir buenos frutos, pero impide otear el horizonte y mantener el barco en el centro de la corriente, y eso es muy arriesgado cuando la corriente es fuerte e imprevisible.

Dicho de otra manera, en un momento de crisis, la política oportunista de ir tapando tan sólo los agujeros más llamativos puede tener efectos desastrosos. La barcaza española podría haber entrado en crisis aún si no se hubieran producido las presentes circunstancias internacionales. Navegábamos fiándolo todo a la construcción de vivienda y el desarrollo del sector servicios, con alto endeudamiento de las familias y las empresas y fuerte tirón del consumo interno.

El estallido de la burbuja inmobiliaria ha paralizado la construcción, arrastrando en su caída a muchas empresas auxiliares y destruyendo empleo, al tiempo que ya no somos capaces de absorber el crecimiento de la población activa. Se restringe el consumo, se incrementa la morosidad, se produce menos y el desempleo crece, no sólo en la construcción, sino en los servicios y últimamente en la industria.

Las respuestas internacionales son lentas y descoordinadas. Las respuestas del Gobierno de la Nación, aún apostando por el buen camino del diálogo social, son limitadas e inconexas. Desde los gobiernos autonómicos la receta parece ser sálvese quien pueda, cuando no echar la culpa al Gobierno Zapatero, como ha hecho durante año y medio el Gobierno Aguirre en Madrid.

Los ayuntamientos bastante tienen con intentar salvar la falta de recursos que dependen en demasía del suelo, la vivienda y las obras. Su falta de liquidez pone en riesgo a numerosas empresas que les suministran bienes o servicios y que ven retrasados sine die los pagos.

La crisis financiera trae consigo una restricción del crédito a empresas y familias poniendo aún más en riesgo su supervivencia y su futuro. Las patronales, en un intento desesperado de salvar sus beneficios salen en procesión mediática pidiendo contratos más basura;  bonificaciones, rebajas y aplazamientos fiscales; mayores facilidades para los expedientes de regulación de empleo; más privatizaciones de servicios públicos; rebajas en las cotizaciones sociales y crédito abundante.

CCOO consideramos que la cooperación entre las administraciones es fundamental y que poner a trabajar juntas a estas administraciones con empresarios y sindicatos es la mejor receta contra la crisis. Por eso reclamamos un pacto de Estado por la economía y el empleo.  Un pacto que garantice la protección social de las personas más afectadas por la crisis. Que reactive la economía, salve empresa y empleo, siente las bases para un crecimiento más sano y sostenible.

Es más necesario que nunca el sentido de Estado. Se puede hacer. Es posible. Siempre que nuestros gobernantes dejen de mirar sólo el suelo por donde pisan cada día y la oposición deje de calibrar rentabilidades electorales. Siempre que los empresarios no se atrincheren en un pasado de especulación, altos beneficios y precariedad laboral que nunca volverá y que, si volviera, sería tan sólo para anticipar una nueva crisis aún más dura.

Proteger más y mejor a las personas desempleadas. Ayudar a las familias y empresas en crisis. Fortalecer los servicios públicos. Transformar el modelo productivo, con más inversión pública, más apuesta por la industria, más innovación y más calidad, junto a un empleo cualificado y estable, deberían ser las bases para concluir un gran acuerdo nacional, un pacto político y social por el empleo y la economía. Contra la crisis.

Es hora de comprobar quienes y cuantos están dispuestos a acometer con responsabilidad los retos ante los que nos sitúa una crisis sin precedentes.

El 1º de Mayo vuelve a ser un momento excelente para que la voz de los trabajadores sea escuchada y los trabajadores madrileños no faltaremos a esta cita anual de movilización, reivindicación y conmemoración de la lucha de los trabajadores por un empleo decente y una vida digna.

Francisco Javier López Martín
Secretario General de CCOO de Madrid
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