El novelista incluso, fue saludado por los altoparlantes y recibió el aplauso de los fanáticos que se encontraban en el coloso de Ate.
Vargas Llosa, fanático de Universitario desde que llegó de Cochabamba y vistió la camiseta crema mientras admiraba a Lolo Fernández y Toto Terry, ha confesadoo su hinchaje y fue un espectador de lujo que llegó a aplaudir el gol de Solano con la efusividad del fanático más tribunero.
Es que hasta lo escribió alguna vez, en Diccionario del amante de América Latina (Paidós, 2006), cuando definía a la ciudad de Lima: “Me gusta su garúa, lluviecita invisible que uno siente como patitas de araña en la cara y que hace que todo ande siempre húmedo y que los vecinos de la ciudad nos sintamos en invierno algo batracios. Me gustan sus playas de aguas frías y olas grandes, ideales para surf. Y me gusta su viejo estadio donde voy a los partidos a hacerle barra al Universitario de Deportes”.