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Órdago al Ministerio del Interior

Miles de Guardias Civiles piden en Madrid la dimisión de Zapatero y de Rubalcaba

Miles de Guardias Civiles piden en Madrid la dimisión de Zapatero y de Rubalcaba

sábado 18 de septiembre de 2010, 14:25h
Masiva manifestación policial en Madrid; un auténtico órdago al Ministerio del Interior. Los guardias civiles, en lucha por sus derechos laborales, acudieron en masa a protestar, en una manifestación absolutamente legal, frente a la Dirección General del Cuerpo. Más de quince mil guardias civiles, según los convocantes, acudieron a la llamada de AUGC y de UO, arropados por representantes de los sindicatos policiales, incluyendo los autonómicos de la Ertzaintza y de los Mossos d’Esquadra, así como de la Policía Municipal. Allí estuvieron también los sindicatos de clase, UGT y CC.OO, con sus máximos líderes, Méndez y Toxo -quien fue recibido, no obstante, con pitadas-, y representantes de partidos políticos, como Cayo Lara y Willy Meyer. Una importante llamada de atención reivindicativa para el Ministerio que dirige Pérez Rubalcaba.
        Desde una hora antes del inicio de la manifestación, convocada para el mediodía, cientos de guardias civiles y sus familias se habían comenzado a concentrar en la Glorieta del presidente García Moreno para, desde allí, iniciar una marcha de unos cientos de metros hasta la sede de la Dirección General del Cuerpo, en el 110 de la calle de Guzmán el Bueno. Los convocantes, la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) y la Unión de Oficiales (UO), pedían encarecidamente que el comportamiento fuera ejemplar, y decenas de agentes formaban un cordón de seguridad para evitar el más mínimo incidente.

         Durante la noche y a lo largo de la mañana habían llegado a Madrid un centenar de autocares de toda España, excluyendo el País Vasco, por razones obvias: tres habían salido de La Coruña; cuatro de Granada; otros tantos de Jaén, y hasta 500 guardias civiles entraban en Madrid por la autovía de Valencia. Muchos agentes –todos de paisano- acababan de salir de su servicio y emprendían camino a Madrid, sin descansar ni dormir. “Es el espíritu del Cuerpo (¿o quiso decir ‘cuerpo’?)”, señalaba a Diariocrítico un representante de la Unión de Oficiales, mientras de la Glorieta de Cuatro Caminos hacia abajo, por la Avenida de la Reina Victoria, la riada de guardias civiles y sus familiares era constante bajo un cielo plomizo que prometía lluvia.


15.000 manifestantes “con uñas y dientes”

         A la manifestación, en los márgenes de la cabecera, se unieron representantes de otros cuerpos policiales. Allí estaba Mónica Gracia, vicesecretaria general del Sindicato Unificado de Policía (SUP), y Pedro Pérez, ex secretario general de la Unión Federal de Policía (UFP), recientemente jubilado por incapacidad. A su lado se situaron representantes de la Ertzaintza vasca y de los Mossos d’Esquadra, así como de los sindicatos de la Policía Municipal.

         También los sindicatos de clase y los políticos se hallaban representados al máximo nivel. La protesta de los ‘picoletos’ fue arropada por los máximos líderes de UGT y de CC.OO., Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo -quien fue recibido con pitadas cuando se unía a la cabecera-, junto a sus responsables en Madrid, como el ugetista José Ricardo Martínez. En filas posteriores sobresalían el coordinador federal de IU, Cayo Lara, y el presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra. El PP se había comprometido a asistir al acto lúdico-festivo programado en la localidad de Rivas Vaciamadrid antes de que el pasado jueves el Tribunal Superior de Justicia madrileño permitiera la manifestación. Los populares, que habían comprometido la asistencia de un representante a ese tipo de acto, excusaron su presencia en una manifestación de estas características, según confesaba a Diariocrítico un responsable de AUGC.

         Antes de iniciarse la marcha, los presidentes de AUGC, Alberto Moya, y de UO, Francisco García, mostraban a los medios su satisfacción por el éxito indudable de la convocatoria: más de 15.000 manifestantes –decían- de “todos los rincones de España”, y celebraban que los guardias civiles pudieran “reunirse, manifestarse y expresarse libremente, como ciudadanos de pleno derecho”: “Hemos ganado la batalla legal. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid nos ha dado la razón”, decía Moya, mientras García puntualizaba que el Ministerio de Interior tiene que saber que ya no es fácil abusar de los guardias civiles” y advertía a Rubalcaba y a su director general, Francisco Javier Velázquez, que van a defender sus derechos “con uñas y dientes”.


“Basta de abusos con los guardias civiles”

        A las doce del mediodía arrancaba la manifestación entre gritos contra la política del Ministerio del Interior y con una enorme pancarta que no dejaba lugar a dudas: “Basta de abusos con los guardias civiles: Laboral y Ley de Personal ¡Ya!”. La pancarta iba portada por el secretario general de la AUGC, Alberto Moya –que tiene a sus espaldas un expediente disciplinario-, su portavoz, Juan Antonio Delgado, y el presidente de UO, Francisco García Pérez –también expedientado-, acompañados por los representantes de otros sindicatos policiales y asociaciones profesionales del instituto armado, como la Unión de Guardias Civiles (UniónGC), que se ha adherido.

         La manifestación arrancó en perfecto orden, pero con consignas que fueron coreadas por los miles de manifestantes de forma harto ruidosa: “Esta mani es legal”, gritaban, o “Sí, sí, sí, estamos en Madrid”...; consignas especialmente dirigidas al ministro y al director general de la Policía y de la Guardia Civil. Los agentes portaban pancartas que no dejaban lugar a dudas sobre a quién iban dirigidas sus protestas y reivindicaciones: “PSOE cumple tus promesas”, “Caudillo Rubalcaba no más represión” o “Rubalcaba, perdiste la batalla”.

         Según avanzaba el recorrido y se acortaba distancia hacia la Dirección General, los miles de guardias civiles arreciaron en sus gritos y cambiaron sus consignas por otras aún más explícitas: “¡Zapatero dimisión!” y “Rubalcaba dimisión!”, entre otras consignas varias que eran coreadas a voces no sólo por los agentes, sino por sus parejas, familiares e hijos que les acompañaban.

         Desde las asociaciones convocantes se instó a que los guardias no fueran de uniforme para evitar ‘represalias’ de Interior, pero algunos familiares de agentes se ‘disfrazaron’ de guardias y otros se tocaron con tricornios de plástico. La mayor parte portaba gorras de la AUGC y chalecos reflectantes con las siglas de esta asociación, mayoritaria en la Guardia Civil. También se dieron cita un buen número de jubilados del Cuerpo, que expresaban su apoyo a sus compañeros en activo para que “no les puteen como me han hecho a mí”.



Discursos explosivos

Al final de la marcha, los discursos; pero palabras que no dejaban lugar a dudas. Los convocantes leyeron una carta de apoyo a la Guardia Civil escrita por José Antonio Ortega Lara, el funcionario de prisiones que permaneció 532 días secuestrado por ETA y que fue liberado por la Benemérita. Hablaron también Toxo y Méndez, con intervenciones emotivas, pero la leída por la representante del SUP, Mónica Gracia, vicesecretaria general del sindicato, fue realmente explosiva:

         “Los políticos se enredan en eso de que la seguridad de los ciudadanos es una cosa y la del Estado, otra. Y la Guardia Civil sois, más que el Cuerpo de Seguridad del Estado, el Cuerpo de Seguridad del sistema monárquico. Por eso, que Su Majestad, a quien deseamos larga vida, esté atravesando un delicado estado de salud no contribuye a que los políticos y los generales busquen una solución al conflicto. Es para ellos una excusa perfecta para hablar de riesgos a medio plazo y para señalar a la Guardia Civil como cuerpo fundamental en una situación complicada como el relevo en la jefatura del Estado. Es cierto que la Guardia Civil es un cuerpo muy importante, pero también lo es que cumplirá mejor su cometido constitucional, y con más eficacia, si sus miembros ejercitan los mismos derechos que otros ciudadanos y reciben un trato digno en su profesión”.

         Como un día antes dijo el portavoz de AUGC, Manuel del Álamo, ha sido “una gran manifestación”, no por la desmilitarización del Cuerpo, sino por los derechos laborales para el colectivo: “Que no nos tomen el pelo y que sean serios, exhiben [Interior] lo de la condición militar para asegurarse mano de obra barata, pero los guardias civiles estamos peor que los miembros de las Fuerzas Armadas”, había dicho Del Álamo.


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