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Alarma la subida de las gasolinas

viernes 10 de diciembre de 2010, 14:49h
   Es evidente la preocupación que suscita la escalada imparable de los precios de las gasolinas, y son muchos los ciudadanos que reclaman alguna actuación contundente desde los poderes públicos para frenar un alza tan inconveniente. Sobre todo, porque, según explican los expertos, esos precios al alza sólo tienen una justificación: las expectativas de que la economía mundial mejore su ritmo de recuperación el próximo año. Es decir, que no responden a una elevación previa de los precios del petróleo, como suele suceder.  Además, se sospecha que hay un cierto acuerdo entre las petroleras para subir todas al mismo tiempo. En todo caso, el efecto es el mismo: por culpa del encarecimiento de la materia prima, la gasolina y el gasóleo han marcado esta semana su precio más alto tanto en lo que va de año, como desde octubre de 2008. Y, una vez más y como en otras crisis -tal como pone de relieve un análisis de El País-, el alza de los precios del petróleo pone en riesgo la salida de la crisis en los países ricos.

   En efecto, la subida del petróleo supone, de forma automática, incrementos en la inflación. Y eso puede llevar también al Banco Central Europeo (BCE) a endurecer su política monetaria (subidas de tipos, abandono de las compras de deuda pública, menos facilidades financieras a la banca), como algunos consejeros del Banco Central Europeo han comenzado a pedir ya. El efecto en el crecimiento también sería inmediato. En un reciente análisis, el organismo supervisor calculaba que un incremento del 10 por ciento en el precio medio del crudo restaba tres décimas al crecimiento del PIB en la eurozona en tres años. Y situaba a España entre los cinco países más vulnerables. Pero no sólo eso, ya que cada vez están más cerca del máximo anual alcanzado en verano de aquel año y previsiblemente los superarán en las próximas semanas, a tenor de la evolución del crudo, que mantiene imparable su tendencia al alza, y ya se vende por encima de los 90 dólares por primera vez durante los dos últimos ejercicios. Según los datos del último boletín de la UE, el litro de gasolina de 95 octanos ha subido un 3,36 por ciento en las dos últimas semanas, coincidiendo con la celebración del puente de diciembre. Gracias a este incremento se ha situado a menos de cinco céntimos del máximo histórico que marcó a mediados de julio de 2008. De media, se vende a 1,230 euros, 0,046 euros menos que el récord que marcó hace dos años y medio en 1,276 euros.

   Al mismo tiempo, el gasóleo de automoción, el combustible más consumido en España, ha subido en la última semana un 1,59 por ciento, en tanto que en los últimos quince días acumula un encarecimiento de casi el 3 por ciento. Si la comparativa se remonta a hace un año, la gasolina de 95 octanos se ha encarecido un 15 por ciento y el gasóleo auto un 19. Tras esta subida, el litro de gasoil cuesta de media 1,149 euros, su precio más alto desde octubre de 2008, aunque todavía es un 13,5 por ciento más barato que el récord histórico que marcó en julio de ese año, cuando alcanzó los 1,329 euros. Entonces, el barril de Brent, el petróleo de referencia en Europa, estableció un máximo histórico de 147,5 dólares. Sin embargo, ahora, el barril sobre el que se han fijado los precios de esta semana de los combustibles cuesta menos de 90 dólares. De hecho, el crudo para entrega en enero, que es el que se está negociando actualmente en los mercados, se intercambia en torno a los 91 dólares, lo que augura que la tendencia seguirá siendo al alza durante las próximas semanas. La razón que explica que las gasolinas vayan a alcanzar o incluso superar sus anteriores máximos, pese a que el precio del petróleo es actualmente muy inferior, se explica, principalmente, por dos factores.

   El primero es la cotización del dólar. El hecho de que el crudo cotice en la divisa estadounidense hace que su precio suba o baje en función del tipo de cambio del dólar frente al euro para corregir la pérdida de valor. Así, si actualmente un dólar se cambia por 0,75 euros, entonces la relación era de 0,62 euros por cada dólar, lo que enjugaba el encarecimiento del barril. El otro factor es de ámbito nacional, ya que en junio de 2009 el Gobierno aprobó subir los impuestos que gravan los carburantes para mejorar los ingresos del Estado. La medida elevó el precio de venta al público de gasolinas y gasoil que no fueran para uso profesional en 2,9 céntimos por litro. Tampoco hay que olvidar el impacto de la inflación en dicho periodo, que aunque mínima, también ayuda a explicar la diferencia.
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