No es presidente de la FEMP por sus excesos

El alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, goza de prestigio, de fama de buen gestor, de político con “redaños”, de cumplidor, etc. en su ciudad, y por eso es el más votado legislatura tras legislatura. Pero tiene una pésima imagen fuera de Valladolid, una imagen ganada a pulso día a día, comparecencia a comparecencia, rueda de prensa a rueda de prensa. Por ello no es extraño que pese a haber estado entre los nominados a presidir la Federación Española de Municipios y Provincias le haya “robado” el puesto un advenedizo, desconocido y poco próximo a Madrid como es el alcalde de Sevilla, el bien apadrinado Juan Ignacio Zoido, juez en excedencia. En Madrid nadie ha olvidado cuando Javier León de la Riva tuvo aquel acceso macarra y machista contra la ministra de Sanidad, Leire Pajín, quizás la política más odiada y peor valorada de España, pero en “petit comité”. De la Riva es un verso suelto en su partido y en todos los órganos en los que se integre- Todos sus gestos folclóricos han alimentado el argumentario de sus rivales, dentro y fuera del partido.  El alcalde de Valladolid tiene ese punto de irreverencia que agradecen los medios de comunicación a la hora de fabricar noticias, pero que le pasa factura en esta sociedad de políticos amedrentados y mediocres.