Si Víctor Hugo levantase la pluma

Hace 210 años nació en Besançon, una ciudad al este de Francia, el que estaba llamado a convertirse en uno de los nombres clave de la literatura universal: Víctor Hugo. Debe de ser que solo nos ponen los números redondos, pero el caso es que hoy Google escupe pocas noticias publicadas recordando la efeméride.Y resulta sorprendente, porque Víctor Hugo, aparte de ser un tótem de la pluma, fue también un precursor de esos que hoy llamamos "artistas comprometidos", de los que no hacen concesiones al preciosismo si eso significa perder fuerza en la defensa de la dignidad humana.

Escritor precoz y prolífico, que no hizo ascos a verso, prosa o teatro, Víctor Hugo convirtió en protagonistas de su obra a esos "invisibles" que malviven en las alcantarillas de la sociedad, los que sufren la injusticia de estar por debajo del bien y del mal, los que por no haber nacido en la cuna de la opulencia tenían que pasar por la vida de rodillas pidiendo perdón por existir.

Ellos son "Los miserables", una obra que, 150 años después de su publicación, tiene plena vigencia y no solo porque el musical que ha inspirado se haya convertido en una auténtica máquina de hacer dinero, sino sobre todo porque nos hace reflexionar sobre la justicia, la igualdad, la ética. Conceptos que nos llenan la boca pero que no tenemos apuntados en la agenda.

Si Víctor Hugo levantase la pluma, no sé bien a quién consideraría hoy un auténtico miserable.