Mariano Rajoy había decidido comparecer a puerta
cerradísima en el Comité Ejecutivo Nacional del PP, convocado inmediatamente después
de que el juez
Pablo Ruz, a petición de la Fiscalía, mandara a prisión al
extesorero del PP, Luis Bárcenas, por su presunta corrupción. Pero la
presidenta del PP de Madrid ha acudido a esa reunión con ganas de bronca, o,
más bien, de poner las cosas en su sitio.
A su entrada a la reunión, en la misma puerta de
la calle Génova 13,
Esperanza Aguirre ha dicho públicamente que su partido ganó
las elecciones generales en 1996 "precisamente porque los españoles
entendieron" que iban a "poner fin a la corrupción del PSOE" y
ha recalcado que es "fundamental" que la seña de identidad de su
partido sea "incompatible con la corrupción".
En ese punto añadió que está "absolutamente
abochornada" por las informaciones que estos días se están publicando
"sobre la corrupción" en el PP y recalcó que "los políticos
honrados" se sienten "indignados".
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