Diez años sin Elliott Smith, la banda sonora de la melancolía
lunes 21 de octubre de 2013, 19:18h
Han pasado diez años desde que Elliott Smith apareció muerto con dos puñaladas en el pecho. La teoría oficial sigue hablando de suicidio pero sigue habiendo quien sospecha de un asesinato. Lo único claro es que el 21 de octubre de 2003 el mundo perdió a uno de los mejores músicos de su generación, el hombre que mejor supo poner música a la tristeza y la melancolía.
Lo de Smith no era pose, cuando escuchas su música y sus
letras, sabes que detrás hay un hombre que ha sufrido de verdad y es capaz de
comunicar eso a miles de oyentes que se sienten absolutamente identificados. Su
música puede contribuir a la tristeza pero es, a la vez, balsámica. No hace
falta haber vivido las tristes circunstancias de Smith para sentirse
identificado en ella, es tan poderosa que, incluso, no es necesario entender lo
que dice (Aunque no podemos sino recomendar prestar atención a uno de los
mejores letristas de los últimos 20 años).
Y es que la vida de Smith no fue precisamente un camino de
rosas. Su padrastro abusó física y sexualmente de él cuando era una niño y
acabó siendo alcohólico y drogadicto, aunque para cuando grababa 'From a
basement on a hill', su último disco, que vio la luz póstumamente, se había
desintoxicado. Lo que está claro es que diez años después nos queda su música.
Un legado que se compone de seis discos en solitario, tres
con su banda Heatmiser y varias versiones canónicas. Los dos primeros discos de
Smith, 'Roman candle' y 'Elliott Smith', traen la versión más acústica de
Smith, la de una especie de nuevo Nick Drake, en concreto del de 'Pink moon',
que, en palabras del propio Smith le ganaron la reputación de ser una persona
"depresiva". Así que para su siguiente disco, 'Either/or' Smith comenzó a
experimentar con más instrumentos pero sin perder su característico estilo. Ese
mismo año, 1997, la aparición de su canción 'Miss misery' como canción de
cierre de 'El indomable Will Hunting' llevaría su música a nuevos públicos.
Todo acabó con una nominación como mejor canción en los Oscar de 1998, con
actuación incluida del propio Smith., además de un contrato con una
multinacional, con la que grabaría uno de sus mejores discos 'XO'.
Es en este disco donde más claramente se puede ver la
evolución de Smith como compositor, acercándose a terrenos de sus adorados
Beatles, también a nivel producción. El siguiente disco fue 'Figure 8',
publicado en el año 2000, donde Smith continuaba en la dirección de 'XO', con
una producción mucho más rica que en sus primeros trabajos, aunque las letras
fueran tan oscuras como siempre. El último trabajo de Smith fue 'From a
basement on a hill', el disco en el que estaba trabajando cuando murió. Mucho
se ha comentado sobre este disco, sobre si es realmente la visión de él que
tenía el propio Smith, sobre si la familia decidió dejar fuera algunas canciones por
su contenido lírico o sobre si estuvo bien elegida la figura de Rob Schnapf
para terminarlo. Pero el caso es que 'From a basement on a hill' me parece la
culminación absoluta de Elliott Smith, su trabajo más redondo y donde se
encuentran algunas de sus mejores canciones. Lo cual no deja de ser más triste si
pensamos que Elliott Smith tenía solo 34 años cuando murió el 21 de octubre de
2003. Nos quedamos sin escuchar muchas grandes canciones pero nos queda el (triste) consuelo de poder recordarle con estas otras:
Pretty
(Ugly Before) (From a basement on a hill)
Waltz#2
(XO)
Miss Misery
(BSO El indomable Will Hunting)
Between the
bars (Either/or)
Sweet
Adeline (XO)
Needle in
the hay (Elliott Smith)
Plainclothes
man (Heatmiser - Mic City Sons)
Coast to coast
(From a basement on a hill)
Baby
Britain (XO)
Ballad of
Big Nothing (Either/or)