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CORRAL DE COMEDIAS

El veneno del teatro o 'El viaje a ninguna parte'

El veneno del teatro o 'El viaje a ninguna parte'

lunes 10 de marzo de 2014, 09:14h

Desde mediados de febrero  pasado y hasta el próximo 6 de abril  se  representa en el Teatro Valle Inclán de Madrid, del Centro Dramático Nacional  (CDN), la adaptación a la escena, en  versión de Ignacio del Moral,  de la novela de  Fernando Fernán Gómez, 'El viaje a ninguna parte' (1985). El melodrama  describe  la  penosa situación que vive una compañía  de teatro  en la postguerra española, justo en el momento  en que el  cinematógrafo   empieza a ocupar   un lugar  preponderante  en los hábitos de diversión del público  español.  La obra está llena de  un humor  teñido de cierta  melancolía y  amargura  e impotencia  ante la situación   de cambio  a la que, inevitablemente, se ve abocada   la compañía   ambulante de teatro  Iniesta-Galván por tierras manchegas. 

El drama   del hambre, la  pobreza, la miseria   espiritual    y material  de los pueblos   que recorre  la pequeña compañía impregnan también a ésta, que se ve abocada a su  disolución por la  falta de  futuro.   La situación  es vivida por el espectador   durante los   90 minutos  que dura la obra con verdadera    pasión, a la que  contribuye una   puesta en escena  contenida y  brillante a la vez, una  iluminación, música     y  efectos audiovisuales perfectos  y  un vestuario    adecuado, y   una  interpretación  homogénea  y  eficaz de  Amparo Fernández, Antonio Gil, Andrés Herrera, Olivia Molina, José Ángel Navarro, Tamar Novas, Miguel Rellán y   Camila Viyuela. Y todo ello manejado con una  dirección  escénica ejemplar, de Carol López, que  rige cuanto sucede  en el escenario    con una   precisión de una orquesta sinfónica, que permite  el disfrute al espectador  desde el primer al último minuto de la representación. 

La novela  del  escritor, actor, director  y académico  Fernán Gómez, verdadero referente   tanto en el teatro como en el cine  durante  la segunda mitad del siglo  XX   en España, fue  llevada  también por él mismo   a la gran pantalla en 1986, un año después de su publicación y, aunque en los tres  formatos, el drama  obviamente es  idéntico, es quizás en este  medio, el teatro, donde adquiere  una fuerza  mayor. Teatro  dentro del teatro, veneno   dentro del veneno, parafraseando  la afirmación de Carlos cuando intenta explicar  a su hijo Carlitos, fruto de un desliz  de  juventud, del que  se ha desentendido   casi totalmente   desde que naciera hace  17 años, y que, ahora, de pronto, aparece  de nuevo en su vida  por arte de magia,  como un espíritu resucitado   venido desde  Galicia. 

El viaje a ninguna parte es -en palabras de  Ignacio del Moral-  una crónica del cambio de los tiempos, de la desaparición de una forma de ejercer la profesión del teatro, ese oficio  "poblado por unos personajes, medio artistas, medio pícaros, que aman y odian su oficio a partes iguales".

Los diversos ambientes  (plazas, cafés, pensiones, campos...) en donde  se desarrolla la acción  son  resueltos   de manera ágil y  simple   por  el director  de la obra  con  decorados  y  retroproyecciones  que sitúan   fácilmente al espectador en los distintos ambientes   en donde discurren los acontecimientos  dramáticos. Cuestión esta  que  supongo  no habría sido nada fácil   de identificar para  un buen número  de espectadores ciegos o con discapacidad visual  y auditiva  que acudieron también a la representación  el día  6 de marzo  y que  un  eficaz sistema  de  subtitulado  (para sordos) y  audiodescripción  de esta y otras circunstancias   que sucedían  en escena, dieron buena cuenta   desde  Apten  y la Fundación Vodafone    que, desde hace ya algún tiempo, ponen este servicio  de ayuda    tanto en el CDN, como en otros  teatros   madrileños, de forma gratuita  para todos los  espectadores  que lo necesitan, durante unas cuantas funciones  de cada obra. 

En resumen, una obra imprescindible  para  quienes  pasen por Madrid  si  no quieren dejar de ver  buen teatro.

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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