CONGRESO FACONAUTO 2014
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Congreso de Faconauto 2014 |
El mercado visto desde el mercado
lunes 26 de mayo de 2014, 18:47h
Los concesionarios españoles han pagado una enorme factura a consecuencia de
la crisis, dejándose por el camino alrededor de 1/3 de las empresas, que se
dice pronto. ¿Cómo ven ahora las cosas y qué tal pinta el futuro?
Bajo el lema "Los concesionarios, impulsores de la recuperación",
el congreso comenzó con la tradicional presentación de Jaume Roura,
su presidente, en la que aprovechó para ofrecer algunas cifras sobre el impacto
de la crisis en el sector de concesionarios (sólo han sobrevivido 2/3
de los concesionarios) pero también para sacar pecho con la creación
de empleo neto ya en 2013 (algo más de 900 puestos de trabajo).
Faconauto parece dar por cerrada la etapa de caída, lo cual
es francamente positivo, pero reclama al gobierno una mayor atención a su
sector, que representa nada menos que el 2,39% del PIB nacional,
una cifra enorme. Esa gran aportación económica no se corresponde con la
atención y protección que, según ellos, les proporciona el gobierno.
El aparente agravio comparativo con los fabricantes, cuyo
acceso y entendimiento con el poder ejecutivo parece evidente a pesar de crear
menor empleo (directo) que los concesionarios, fue un comentario constante a lo
largo del congreso.
Con respecto al plan PIVE, otro de los protagonistas,
parece imprescindible para mantener la tendencia ascendente del mercado en
2014, que está creciendo en cifras superiores al 15% con respecto a
2013, pero siempre con la "respiración asistida" del gobierno.
Las previsiones de cierre para este ejercicio, expresadas
en diferentes momentos del congreso y por diferentes protagonistas del sector, superan
las 800.000 unidades vendidas.
Jaume Roura puso sobre la mesa la cifra de 840.000 coches como un
valor alcanzable en este ejercicio, siempre que las ayudas del
gobierno se prolonguen hasta diciembre, y un horizonte de 1,3 millones
de unidades anuales que se supone nos corresponde por PIB y población,
pero pensando en cuatro o cinco años vista y desde luego no como algo
inmediato.
Comenzamos con Joan Rosell, presidente de la CEOE, un año
más encargado de comenzar el congreso con la primera ponencia. Ateniéndose a su
visión habitual de la economía, su discurso se centró en alabar las
reformas económicas del gobierno, especialmente en lo tocante a la
flexibilización del mercado laboral, en la que pide una mayor profundización.
Con la idea de que hay que adaptar las cosas a la realidad, su
postura fue clara en favor del ajuste salarial a la baja (como mal
necesario), la simplificación legislativa y, en un tono autocrítico, reconoció
que en España no habíamos sabido reaccionar ni bien ni a tiempo a la crisis.
Dicho esto y siempre según sus palabras, las reformas llevadas a cabo
permitirán una mejor salida de la crisis a nuestro país que a aquellos que no
las han realizado. La palabra "austeridad" podía leerse entre líneas en cada
tramo de su discurso.
Tras Rosell, y como complemento a sus tesis en una versión más técnica y
argumentos aún más afilados, llegó el turno de Turno para Fernando
Fernández Méndez de Andes, experto economista, profesor, asesor y
columnista de prestigio en diferentes medios.
El resumen de su discurso es sencillo: la crisis ha tocado fondo y
las acertadas medidas aplicadas por el gobierno nos permitirán salir de ella,
eso sí, poco a poco. Comenzó exponiendo cifras positivas arrojadas por la
economía española en los últimos meses, como signo inequívoco de recuperación y
continuó abogando por una mayor unión bancaria, fiscal y política en Europa
como algo que ya está sucediendo y que ha de consolidarse.
En un discurso algo técnico, lanzó diferentes propuestas para mejorar la
situación económica, sobre todo en el tema fiscal, tales como subir el IVA
(impuesto indirecto que pagamos todos por igual) y bajar el IRPF y el Impuesto
de Sociedades (impuesto directo y proporcional a los ingresos de cada
contribuyente).
La bajada salarial, conocida como "devaluación interna" es para él una pieza
clave e irrenunciable de la solución a la crisis, mientras echaba en
falta una mayor reducción del déficit público y ponía como ejemplo a seguir los
mini-jobs alemanes y el trabajo por horas a salarios mínimos como mal menor
frente al paro. Una mayor introducción de copagos y el fin del "gratis
total" en sanidad y educación pusieron la guinda a sus propuestas de reforma.
Referente al automóvil, sus dos ideas clave fueron gravar la
contaminación y, por tanto, el gasóil, y eliminar los
impuestos a la compra (matriculación) para remplazarlos por impuestos
por uso. Pronosticó que el futuro será un chip en cada automóvil que grave su
uso por minuto y ubicación.
En la mesa redonda de grandes empresas en el entorno del sector, la palabra
más escuchada fue "autogás" como fuente de energía limpia, eficiente y
barata frente a los combustibles líquidos tradicionales.
Previsiones de venta y posventa
En el workshop de perspectivas económicas para venta y posventa, las cosas
no pintaron demasiado bien en lo que se refiere a la segunda.
Por un lado sí se reconoce claramente que el mercado ha tocado fondo
y se encuentra en recuperación, sin duda una excelente noticia que más
o menos todos están percibiendo y sobra la que las cifras de 2014 hasta la
fecha no parecen dejar lugar a dudas.
El problema viene al mirar hacia el futuro. Si llevamos cinco o seis años
vendiendo muchos menos coches y los concesionarios suelen atender la posventa
sólo en los primeros cinco o seis años de vida del vehículo, lo que nos
encontramos es una caída previsible del servicio de posventa en el
taller oficial y que está llegando con años de retraso derivada de la
caída de ventas.
La solución obvia es intentar captar los coches más antiguos y
hacerlos volver al concesionario de la marca, pero para eso es
necesaria una política de precios (de recambios y revisiones) en la que la edad
del vehículo se incluya como factor decreciente. Si mi coche es viejo, quiero
el mejor precio por cualquier reparación y acabo en talleres multimarca y con
piezas de competencia, es así de sencillo, pero eso es lo que hay que evitar
con la ayuda de los fabricantes.
La mesa redonda de fabricantes, en la que siempre hay un punto de tensión
con los concesionarios porque son algo así como "enemigos condenados a
entenderse", las cifras de rentabilidad que se manejaban variaron según la
marca, pero básicamente hay fabricantes en pérdidas en su red que aspiran a
"empatar" en 2014 y otros con pequeños beneficios que esperan mejorar.
Es llamativo que nadie pronostica una rentabilidad para su red mayor del
1,5% y en general se mueven en cifras inferiores al 1%, aunque
positivas.
Modelo americano
Ya en la segunda jornada, tuvo lugar un coloquio comparativo entre
el modelo de distribución americano y el español. La idea clave fue
resaltar la enorme unión que existe en USA entre concesionarios y el fuerte
poder de negociación que allí tienen frente a la administración.
Albert Gallegos, Director de Relaciones Internacionales de la NADA (algo así
como Faconauto en USA) se encargó de mostrar que la unión hace la
fuerza con su propio ejemplo, una unión que probablemente no es tan
férrea en nuestro país y que en consecuencia resta poder a nuestros
concesionarios como grupo.
Una conferencia altamente motivadora de Luís Galindo, en la
que se intentó "arengar a las tropas" para el futuro con ejemplos concretos y
datos científicos acompañando importantes ideas de grandes pensadores, vino a
cerrar el apartado de contenidos antes de la clausura en la que el Secretario
de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz nos dejó una afirmación importante: "Es
muy probable la renovación del PIVE".