Transportistas de viajeros urgen al Gobierno un Plan Renove ante el envejecimiento de sus autobuses

Las empresas de transporte de viajeros por carretera han reclamado al Gobierno que ponga en marcha el anunciado Plan Renove de autobuses, ante el envejecimiento que está registrando el actual parque de este tipo de vehículos por el descenso de las matriculaciones en los últimos años.
   El Plan Renove "estimularía el rejuvenecimiento del mercado, ayudando a los fabricantes y carroceros y contribuyendo a la introducción de vehículos más seguros y eficientes con el medio ambiente con los consiguientes efectos fiscales positivos para la Administración".
   Así lo destacó el presidente de la asociación de empresas de transporte de viajero por carreteras Asintra, Rafael Barbadillo, quien recordó que el anterior plan renove de autobuses, que se lanzó en los años 2009 y 2010, permitió la renovación de 775 vehículos.
   En su intervención ante la asamblea anual de Asintra, su presidente recordó que durante el pasado año se matricularon 1.395 autobuses, lo que arroja un descenso del 1,5% respecto al ejercicio precedente, caída que se pronuncia hasta el 38% en comparación con 2011.
   "Estos datos ponen claramente de manifiesto que el parque de autobuses está envejeciendo, motivo por el que quiero insistir una vez más en la urgente necesidad de poner en marcha el plan especial de financiación", reclamó Barbadillo.
   La titular de Fomento, Ana Pastor, anunció hace unos meses que su Departamento trabaja con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) en articular una línea de financiación de unos 200 millones de euros para otorgar ayudas al achatarramiento y la adquisición de nuevos vehículos de transporte de viajeros y mercancías por carretera.
   El fondo apoyará la renovación de flotas de autobuses y camiones facilitando financiación al 50% con las entidades financieras. Además, habilitará una línea de 10.000 euros para el achatarramiento de los vehículos antiguos.
RECHAZA LÍMITES DE VELOCIDAD.
   El presidente de Asintra se refirió asimismo a la reforma del Reglamente General de Circulación actualmente en marcha, para rechazar los límites de velocidad que pretende imponer a los autobuses.
   En su opinión, los descensos de velocidad propuestos (de más del 30 kilómetros por hora), tendrían "consecuencias muy negativas para el sector en cuando a pérdida de competitividad" y "no están justificados", dado que el autobús es actualmente "uno de los modos de transporte más seguros".