Alemania, la aventajada alumna de La Roja, favorita para el trono mundial ante una Argentina que confía en Messi

También esta finalísima añade al interés meramente futbolero un aire de revancha y reivindicación, ya que es la tercera vez en que ambas potencias se enfrentan con el título en juego, habiéndose repartido hasta ahora las victorias, pues con Maradona de líder, los americanos se impusieron en México'86 y cuatro años después en Roma'90 el campeón fueron los europeos con un equipazo en el que entre otros estaban Matthäus, Völler, Klinsmann, que se impusieron hasta al propio Pelusa.

En cualquier caso, todo lo anterior es historia y el balón nada sabe de tiempos pasados, que en nada influyen a la hora del desarrollo de un encuentro tan fundamental como este en el mítico Maracaná. Máxime cuando se trata de dos maneras de entender el encuentro más decisivo cada cuatro veranos, el que todo futbolista sueña con jugar alguna vez en su vida. Y como no, Leo Messi, el cuatro veces 'Balón de Oro' intentará completar su currículo. 'La pulga' fue vital en la primera fase del campeonato y en el partido de octavos de final ante Suiza, gracias a sus cuatro goles que metieron a Argentina en la pelea. 

Pero después, el rendimiento de Mesai se vio mermado en los dos últimos encuentros, donde no resultó tan determinante como de costumbre. El partido ante Bélgica lo resolvió un gol de Di María --asistido por Messi--, mientras que la eliminación de Holanda llegó en la tanda de penaltis.   El reconocimiento del rosarino siempre ha estado lastrado por sus bajas prestaciones con la selección, algo que podría hacer olvidar este domingo si consigue tocar el cielo de Río de Janeiro. Un título que le metería en el olimpo [si no lo estaba aún] además de igualar a Maradona para alcanzar el techo que tanto le habían reclamado sus compatriotas.

Los hinchas albicelestes quieren que coja la sucesión de Maradona y también el propio 'Pelusa', quién le ha señalado como su sucesor, no tiene ningún problema en perder la vitola del 'mejor jugador del mundo'. "Si Messi tiene que superar a Maradona levantando la copa, le pongo la alfombra roja", dijo anoche el controvertido exfutbolista. En cuanto al once de Alejandro Sabella, la principal duda pasa por el 'fideo' Di María, que ha trabajado a marchas forzadas toda la semana para dejar atrás sus molestias musculares. En caso de no llegar el madridista, el seleccionador volvería a optar por Enzo Pérez, de los mejores ante Holanda.

Cuarta final albiceleste

Pocas novedades tendrá el resto del once, que será el mismo que ha puesto a Argentina en la cuarta final de su historia tras las de 1978, 1986 y 1990, siendo la tercera oportunidad de proclamarse campeón. La albiceleste se agarrará al talento de sus hombres de ataque y a la sobriedad defensiva, sobre todo por las actuaciones de su portero Sergio Romero, el 'parapenaltis'.

En cuanto a los tetones, cuya última final data de 2002 en el Mundial de Corea y Japón, donde no pudo con la Brasil de Ronaldo, Rivaldo, Roberto Carlos y compañía. Aquella generación liderada por Oliver Kahn --mejor jugador del torneo-- se quedó muy cerca de levantar el primer título mundial para los germanos tras la reunificación de 1989. Pero más cerca ha estado en los últimos ocho años, en los que ha acariciado nuevas conquistas tanto en el 'Viejo Continente' como en los Mundiales. La Alemania de Joachim Löw, que ha evolucionado en base a la solidez del Bayern de los últimos años, fue subcampeona de Europa en 2008 y semifinalista en Sudáfrica.

Y es que para su desgracia, en ambas ocasiones sólo la España extraterrestre que cautivó al mundo pudo frenar su fútbol. En la Eurocopa de 2012 Italia la apartó de poder jugar una nueva final. En cualquier caso Alemania siempre se ha distinguido por su capacidad competitiva, por su rigor y por su historia, la misma que le hace acudir como favorito en la cita con Argentina. En Brasil, el combinado europeo ha sido de los mejores, sino el mejor. El único que ha apostado por jugar al fútbol, al margen de la valiente Argelia, las prestaciones de Colombia y el atractivo de Estados Unidos. Lo demás ha estado lejos de una nivel aceptable. 

Es por ello que Alemania tiene la confianza disparada, sobre todo tras el 1-7 a Brasil. El camino de los alemanes no fue tan ajustado como el de Argentina. Los de Joachim Löw dominaron sin problemas la fase de grupos con pleno de victorias; sufrieron ante los argelinos y ganaron a una pobre Francia por la mínima. Sin embargo, Alemania dio un golpe sobre la mesa en semifinales abusando del anfitrión en lo que fue la mayor goleada de la historia mundialista. En definitiva, las espadas en alto entre estas dos grandes potencias planetarias, a las que hay que exigirles que sean dignos sucesores de esa Roja que tampoco olvidará este Brasil'14... por su gatillazo.

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