Llenaron la Sala Sanpol en su concierto de "Los veranos de la Villa"
'Black Light Gospel Choir', música y brillo colectivo a tope con entrega total de los espectadores
lunes 21 de julio de 2014, 11:44h
Dentro de la programación de los madrileños "Veranos de la Villa", la Sala Sanpol de Madrid acogió un nuevo recital de gospel a cargo de "Black Light Gospel Choir", coro que Rebeca Rods dirige desde hace unos años, y que ha revolucionado tanto el género como el público habitual asistente a estos conciertos.
Si hace unas semanas hacíamos la crónica de su concierto en la Sala Galileo, en formato más íntimo, y con escenario y ambientación más próximas al club de jazz que al teatro, en esta ocasión, y con un nutrido número de componentes del coro (la base la constituían 10 cantantes, además de la directora, pero en varios momentos del concierto, se sumaron otros tantos, de un segundo coro que también dirige Rods), y con el acompañamiento de sus cinco músicos habituales -Mario Edjo Leorza, percusión; Daniel Podador, batería; David García, bajo; Sergio Fernández, guitarra, y Jorge Vera, teclados- , en esta ocasión el coro no dejó que ninguno de los aproximadamente 500 espectadores que llenaban el teatro permaneciera ajeno a cuanto sucedía en el escenario.Rebeca Rods, la directora de "Black Light Gospel Choir", domina el escenario con tanta naturalidad como eficacia, y un solo gesto le bastaba para hacer que todo el público se levantase de sus asientos para batir rítmicamente sus palmas acompañando la melodía cantada y mover su cuerpo como podía entre butaca y butaca. Incluso, a veces, las voces cantaban a capella y, en otras ocasiones, los músicos se sumaban al coro.
El denominador común en todos ellos fue, no obstante, que en ningún momento buscaron el virtuosismo individual, sino la escenificación de su música y el brillo colectivo. El público lo entendió así desde el primer minuto e inmediatamente y con la más leve indicación de Rods, se apuntó permanentemente a la fiesta.En el concierto sonaron temas clásicos del gospel (muchos de ellos recogidos en sus dos primeros CD's ''Black Light Gospel Choir'', coproducido con Paco Ortega y "Gospel Revolution", aparecidos en 2011 y 2012 respectivamente), algunos de ellos compuestos por Rebeca, junto a adaptaciones de clásicos del pop y el rock, como la versión de "Imagine" de John Lennon, o la del tema "Stairway to Heaven", del grupo de rock británico Led Zeppelin, "I say a little prayer" de Aretha Franklin, junto a algunos temas nuevos, como anuncio del que será su tercer disco en el mercado, grabado en directo el 28 de diciembre del año pasado, en la sala Joy Eslava de Madrid, y que aparecerá justamente el 29 de diciembre de este 2014.
Pasado, presente y futuro
Desde hace poco más de 30 años, La Sala Sanpol, dedicada fundamentalmente a dar cabida a una programación de teatro dirigido a la familia (otros dirían "infantil"), es una más que digna continuadora de lo que a mediados de los 70 era el Cinestudio Griffit (de cuya programación se encargaba el cineasta Fernando Trueba), situado en las mismas instalaciones, que ya entonces se permitía el lujo de programar títulos tan emblemáticos como Lancelot du Lac, de Bresson; El pequeño príncipe, de Stanley Donen; Taxi driver, de Martin Scorsese; La casa de cristal, de Tom Gries; El puente, de J. A. Bardem; Paseo por el amor y la muerte, de John Huston, o "El forastero", de William Wyler.
Con actuaciones como la de "Black light Gospel Choir", la Sala Sanpol enriquece su habitual oferta teatral, contribuyendo con ello, además, a que muchos otros tipos de público se acerquen hasta la Sala, haciendo así que tanto en la música como en el cine o en el teatro, no haya más que dos tipos de trabajos: los buenos y los malos. Sala y Coro pertenecen al primero por derecho propio y porque son de lo más coherente, cuidado y exquisito en cuanto emprenden. Black Light Gospel Choir ofreció, en definitiva, un espectáculo musical lleno de energía, ritmo, buen gusto y complicidad con el público que asistió a escucharlo y que, sin duda, volverá a repetir en la primera ocasión que tenga, porque sabe que Rebeca Rods es garantía de espectáculo, sensibilidad, buen hacer y cercanía a un público que, probablemente sin esperar nada, sale de sus conciertos lleno de energía y ganas de hacer de su vida y de quienes le rodean, un espacio un poco mejor que antes de entrar al concierto.