Homenaje a Lauren Bacall, "la mirada" de Hollywood

Antes de que Bacall pudiera encender la pantalla en su primera intervención, habían ocurrido una serie de extrañas casualidades. La primera fue que Howard Hawks y Ernst Hemingway estuvieran emborrachándose juntos, una vez más, y que el primero le dijese al segundo que él sería capaz de hacer una gran película hasta con el peor material del primero. Así, cuenta la leyenda, surgió la idea de llevar al cine 'Tener y no tener'. La segunda fue que la mujer de Hawks, Nancy, se fijase en la portada de una revista de moda y encandilada por la belleza de la joven modelo que allí aparecía le dijese a su marido que tenía que dar una oportunidad a aquella chica. La tercera que Betty Joan Weinstein Perske, la modelo de apenas 18 años de esa portada, adoptase el nombre de Lauren Bacall, tras adoptar el nombre sugerido por Hawks y adoptar el apellido de su abuela, añadiéndole una 'l'. Y la cuarta, y más importante, que desde el primer día de rodaje, el actor principal, un tal Humphrey Bogart, se enamorase perdidamente de ella.

Mucho de mito hay en todo esto, pero es que en la época dorada de Hollywood, mito y leyenda se confundían fácilmente con la realidad. La realidad es que Hawks modeló a Bacall según el tipo de mujeres que a él le gustaba pero antes de poder seducir a la joven actriz se dio cuenta que Bogart y Bacall se habían enamorado. O como lo explicó el propio director: "Era extremadamente fácil trabajar con Bogart y estaba muy infravalorado como actor. Sin su ayuda no podría haber hecho lo que hice con Bacall. No hay muchos actores que puedan sentarse y esperar mientras una chica se adueña de una escena. Pero él se enamoro de la chica y la chica de él, y eso hizo las cosas mas fáciles".

Me gusta poco utilizar frases trilladas pero lo que hizo, literalmente, Bacall en 'Tener y no tener' fue comerse la pantalla. La película se apartó bastante de la obra de Hemingway y se convirtió en una especie de remedo de otra de las grandes películas de Bogey, 'Casablanca'. Con una clara diferencia, si en aquella Ingrid Bergman le pedía a Bogart que "pensase por los dos" en esta Bacall asumía una posición más dominante, más tradicionalmente masculina y retaba a Bogart con una de esas frases que cualquier cinéfilo de pro podría recitar de memoria: "No tienes que representar ningún papel conmigo, Steve. No tienes que decir nada ni hacer nada. Sólo silba. ¿Sabes silbar, no? Juntas los labios y soplas".

La química entre Bogart y Bacall fue tan evidente que protagonizaron otras tres películas juntos, todas ellas después de casarse en 1945. Ella tenía 20 años y él 45. Continuarían juntos hasta la muerte del mítico actor en 1957.

"Depende del jinete"

De entre todas sus películas, la mejor fue 'El sueño eterno', la tercera que hizo y la segunda en la que repirtió con Hawks y Bogart. Una de las grandes cumbres del 'cine negro', 'El sueño eterno' perfeccionó todos los elementos de 'Tener y no tener' y consolidó las marcas personales de la actriz, su fuerte carácter, capaz de dar la contraréplica a las afiladas frases de Bogart, su luminosidad y elegancia, su voz grave, en ambas películas tiene un momento musical, a pesar de estar bastante lejos de ser una cantante profesional, y su mirada, ésa en la que bajaba la barbilla y entornaba los ojos. Una mirada que en Hollywood se conoció como "la mirada ('The look'). Lo curioso es que esta forma de mirar fue un reflejo de sus nervios ante su primera película. El caso es que 'El sueño eterno' explotó sin miramientos la química Bogart-Bacall, incluyendo la antológica conversación sobre caballos que se remacha con estas dos líneas de diálogo:

- Marlowe: Por mi parte, creo que tiene usted cierta clase, pero no sé adónde puede llegar, ni cuánto puede correr.

- Vivian: Eso depende bastante del jinete.

Tras una película así uno ya se podría retirar de la actuación y ser considerada una leyenda. Pero Lauren Bacall siguió actuando y cosechando grandes interpretaciones junto a otros actores y directores. En 1950 apareció junto a Kirk Douglas en 'El trompetista' de Michael Curtiz. En 1953 regresó triunfalmente a la pantalla, tras tres años alejada de ella cuidando a los dos hijos que tuvo con Bogart, con 'Cómo casarse con un millonario'. En esta película compartió protagonismo con una joven Marilyn Monroe que en la presentación de la misma hizo que los ojos de Bogey se apartarán por un instante de "la mirada" para fijarse en "el escote". En 1956 protagonizó uno de los grandes melodramas de Douglas Sirk, 'Escrito en el viento' y un año después obtuvo un gran éxito con 'Mi desconfiada esposa' de Vincente Minnelli.

Tras la muerte de Bogart en 1957, abandonó durante un tiempo el cine y se dedicó al teatro. Sus apariciones en la gran pantalla en los años 60 fueron esporádicas, aunque incluyeron un papel en la apreciable 'Harper, investigador privado' junto a Paul Newman. A partir de los 70 se convirtió en un símbolo de la época dorada del cine y sus apariciones como 'estrella invitada' se basaron en libros de Agatha Christie o similares reuniones de 'viejas glorias'. En los 90 tuvo pequeñas apariciones en películas como 'Misery', 'Pret-a-porter (Prêt-à-porter) ' de Robert Altman o 'El amor tiene dos caras', que le valió su única nominación a los Oscar. Sus últimos papeles destacados fueron junto al polémico Lars Von Trier en 'Dogville' y 'Manderlay'.

  En 2009 la Academia de Hollywood le dio un Oscar honorífico por toda su trayectoria pero daba un poco igual. ¿De qué sirve un Oscar cuando te has ganado la inmortalidad desde tu primera aparición en el cine? Por no hablar de que si tu segunda escena es ésta, cantando junto al gran Hoagy Carmichael, mientras le echas "la mirada" a Humphrey Bogart, tu sitio no está entre la categoría "ganadores de un Oscar", tu sitio es un lugar más exclusivo. Sencillamente, "el Olimpo de cine".

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