jueves 09 de abril de 2015, 09:37h
Grecia continúa
sin resolver su grave problema para obtener fondos, y la cuenta atrás tiene
una fecha clave: 20 de abril, día en el que el país podría quedarse sin dinero
después de ver frustrados sus intentos por alcanzar un acuerdo con sus socios
de la Unión Europea y el FMI. En estos días, las reuniones de las
autoridades económicas griegas no cesan y no sólo con sus acreedores. Ayer,
su primer ministro se reunía con el presidente ruso, quien declaraba que
Grecia no ha pedido ayuda financiera a Rusia. Según sus palabras, "discutimos
sobre cooperación en varios sectores de la economía, incluyendo la posibilidad
de desarrollar proyectos de energía", añadiendo que con las ganancias obtenidas
en alguno de estos proyectos Grecia podría pagar cualquier crédito.
Ciertamente, Rusia no está en una buena posición para ofrecer financiación.
Tiene que afrontar su propia crisis económica, agravada por las sanciones
económicas, por la caída del precio del crudo y por la fuerte depreciación del
rublo. No obstante, en algunos países de la UE no deja de preocupar la
posibilidad de que este tipo de proyectos conjuntos entre los dos países pueda
suponer la ruptura por parte de Grecia de las sanciones a Rusia. Grecia no lo
admite. "Queremos resolver nuestros problemas de deuda dentro de la zona euro".
La cuestión es si no tendrá que salir de este círculo y ampliarlo. Está en
tiempo de descuento y se precisan no solo buenas voluntades.