David Bisbal, enésima ruptura

Pero, ¿qué te pasa, muchacho? No encuentras el amor definitivo para sentar la cabeza, ¿verdad? Lo tuyo no es el compromiso, de haberlo sido te hubieras quedado con la madre de tu hija para darle a Ella, la niña, una vida con unos padres unidos. Pero no, tus rizos quieren volar. Te entregas hasta el infinito y luego todo se desvanece. ¡Qué pena!

Yo es que tengo una teoría contigo y es que sigues enamorado de Chenoa. Pero no quieres reconocerlo ni en pintura. Demasiada soberbia. Sería como retroceder y pisar en falso. Pero lo cierto es que con esa mujer tuviste una historia potente. Elena Tablada tampoco era para ti. Ella necesita a un hombre muchísimo más sofisticado que tú. Vuelve con Chenoa (tu Laurita), anda.