¿Es igual un partido de la jornada, del mes, del año, del siglo... sin una de sus dos grandes estrellas? Teóricamente sí. Pero pierde mucho si falta el 'crack' azulgrana, Messi. La duda también se extiende a la segunda estrella mediática, y en emolumentos, del Madrid, el defensa Sergio Ramos. Aunque faltan diez días para la cita y las previsiones pronto se hacen viejas. De momento, lo dejamos en la duda.
Todo el mundo azulgrana daba por hecho que Messi, que ya se ha reincorporado a los entrenamientos aunque a distinto ritmo que sus compañeros y sin tocar balón, no iba a faltar al clásico. Pero las alarmas, de cara a este 21-N, han saltado, como es lógico no desde el 'mes que un club', que guarda silencio oficial pero hace días que apunta, Luis Enrique incluido a que el argentino saltará al Bernabéu.
Sin embargo no es de la misma opinión el médico de la selección albiceleste, Romero de Agostino, que como no se debe a la disciplina azulgrana, ha declarado textualmente que poder llegar "puede llegar" Messi al clásico, pero añadiendo de inmediato que "no acabaría de estar en las condiciones necesarias para un enfrentamiento de ese nivel". Sobre todo porque la posibilidad de recaída "es alta", cual también opina el galeno.
Un auténtico jarro de agua fría, aunque no sea oficial, y precisamete por eso, por ser desde la independencia del club, aunque, desde el entorno del Barça no se hacen comentarios y sólo se insiste en que Messi está cumpliendo los plazos previstos de recuperación, por lo que si no surge ninguna novedad imprevista, estará e codiciones de formar parte de la expedición a Madrid. Luego ya sería el míster quien decida si lo utiliza o no. Sobre ello, si que no caben dudas: si viaja es porque está en condiciones de jugar y para un partido tan importante, saltará al césped de Chamartín.
Operarse o no operarse
Precisamente la trascendencia -relativa porque queda mucha competición- del choque, tras la derrota del Madrid en el Sánchez Pizjuán, siembra una duda sobre la duda de la lesión en el hombro izquierdo de Sergio Ramos. Porque el capitán blanco, que lleva jugando varias semanas infiltrado, tiene dos opciones ahora, tras consultar incluso con el equipo médico del club: operarse o no operarse.
Tal es la cuestión, un punto shakesperiana, que invade al futbolista y al propio club. Si se mete en el quirófano de inmediato, la recuperación le llevaría al menos tres semanas como mínimo, con lo que se perdería este partido del año, del siglo etcétera. Si aguanta sin forzar y entrenando procurando no recibir golpes, podría ser del once titular, pero con un doble riesgo: el de recaer en el mismo partido o el de lesionarse para varios meses si la recaída es grande.
Con la plantilla azulgrana al completo tras la reaparición de Iniesta, ya rindiendo a tope, Luis Enrique tendrá a su disposición al resto de estrellas comenzando por el 'dúo dinámico del gol' Neymar y Suárez, que están rindiendo en juego y efectividad d ecara a portería a tan alto nivel que no se echa en falta demasiado a Messi. No es lo mismo en el Madrid, ya que además de Ramos, en la enfermería se encuentran otros dos defensas titulares, Pepe y Carvajal, además de que a James se le cuida entre algodones, pues reapareció en Sevilla y se le va a cuidar para que llegue bien al clásico.
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