Las encuestas convierten en "cómplices" a Ayuso y Almeida

Los desencuentros entre Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida por presidir el PP de Madrid han quedado congelados, de momento... Tras semanas de declaraciones encontradas y posiciones alejadas sobre el momento de celebrar el congreso para elegir al próximo líder del partido en la Comunidad así como, lo más importante, por ver quién se hace con la hegemonía de los populares, la actual presidenta de la Comunidad y el alcalde y portavoz nacional del PP han cambiado de manera radical sus posturas y han negado, en una entrevista concedida al diario El Mundo, que haya "un duelo entre los dos".

No es casual que este cambio de discurso tenga lugar días después de que se publiquen las primeras encuestas sobre intención de voto tras la polémica sobre el candidato idóneo para presidir el PP de Madrid. Tanto el sondeo electoral de IMOP Insights para El Confidencial como el de DYM para 20 minutos pronostican que el PP pierde con toda esta polémica parte del fuelle que había ganado tras las elecciones del 4-M y que se mantuvo especialmente en las semanas previas a los meses centrales del verano.

Las primeras declaraciones sobre el futuro líder del partido llegaron por parte del secretario general del partido, Teodoro García Egea, que en junio reconoció que si él tuviera que votar como afiliado en el congreso regional del PP madrileño -con fecha en el primer semestre de 2022- apoyaría a Isabel Díaz Ayuso. El dirigente popular la definió como un "activo de primer orden" en el partido que "en dos años ha conseguido darle la vuelta a la tortilla".

Porque es "mujer" puede hacer "dos cosas a la vez"

Pero la guerra estalló con el inicio del curso político. El entorno de Ayuso, al margen de la dirección del partido, aireó lo que pocos días después confirmó la propia presidenta en la Fería del Libro de Madrid. Se presentaría a liderar el PP de Madrid porque es "mujer" y puede hacer "dos cosas a la vez", pese a que "por encima de todo" se declara dirigente autonómica.

La dirigente autonómica aseguró que puede "perfectamente" trasladar "la ilusión del 4 de mayo de las urnas también a un partido que ahora se enfrenta a las municipales y unas generales". El malestar sobre las declaraciones de la presidenta no fueron escondidas por la cúpula del partido, que se encontraba preparando la convencción nacional que se celebra a primeros de octubre y que pretende relanzar a Pablo Casado para auparlo en 2023 a La Moncloa.

Se consideraba que la presidenta estaba dejando en segundo plano al líder del partido, copando titulares, por lo que Casado evitó apoyar explícitamente a Ayuso y metió a Almeida en la carrera por presidir el PP de Madrid. Tanto la presidenta madrileña como el alcalde de Madrid tienen "mucho peso", afirmó Casado durante un desayuno informativo ante la presencia de ambos dirigentes. Todo saltó por los aires. Almeida no se había planteado concurrir a presidir el PP y se vió envuelto en una disputa con su, como se llaman entre ellos dos, "partner".

A raíz de ahí, todo fueron cruces de acusaciones entre los partidarios de apoyar a Ayuso y los que preferían seguir las tesis de Génova. Desde el partido aseguraron que no era hora de abrir el debate sobre la sucesión de Pio García Escudero hasta que no se acercara la fecha de celebrar el congreso regional. Aún quedan nueve meses, y mientras Almeida, ya en el fango, aseguró que no tocaba adelantar el Congreso, Ayuso se afanaba en generar presión para que se celebrara "lo más pronto posible".

Una presidenta que encontró un apoyo signifcativo por su relevancia. La batalla subió de temperatura cuando Esperanza Aguirre rompió su silencio, apoyó a Ayuso y criticó a "los chiquilicuatres" que hay en Génova. Para la antigua 'lideresa', presentar una candidatura que le haga competencia a Ayuso -como hizo Casado con Almeida- y ponerle trabas internas a la presidenta, es ayudar a Sánchez", en referencia al presidente del Gobierno.

Las declaraciones de Aguirre removieron aún más las aguas y los ánimos y cabreos fueron a más. Tanto que mientras Almeida aseguró que hablaría con Aguirre, desde la sede nacional del partido, Teodoro Gracía Egea, respondió a a la exmandataria, dando en el peor recuerdo de la época de Aguirre: la corrupción. A la par que rechazó adelantar el congreso regional como solicitaba Ayuso, su entorno y la expresidenta, García Egea recordó a la expresidenta Aguirre el daño que ha hecho la corrupción al PP.

La corrupción

"Hay un asunto en el que coincido con ella y es que lo que destrozó al PP de Madrid fue la corrupción y es algo que nosotros jamás vamos a permitir. Creo que debemos seguir trabajando en lo importante, que es dar a los españoles una alternativa que pueda mirar al futuro con optimismo y no con el pesimismo con el que hoy nos obsequia Sánchez", manifestó.

Fue toda una tormenta que incomodó a amplios sectores del PP nacional, también en las diferentes comunidades, que pidieron dejar de lado una disputa que nadie entendía. Si el relevo en el partido, que lleva con una gestora desde 2018, tenía que ser el más pacífico, por el amplio apoyo popular de Ayuso en la región, se había convertido en una batalla vista por muchos como "un suicidio". La gente, aseguraban en el partido, no entendía la batalla entre ambos dirigentes y alertaron del efecto negativo que tendría en las encuestas, más teniendo en cuenta que el PSOE, el principal perjudicado de las elecciones autonómicas, está en pleno proceso para elegir a su secretario general y no estaban con discusiones públicas.

Ahora, cuando ya todo apunta a ello, parece haberse firmado la paz entre Ayuso y Almeida. Al menos, por ahora, quieren poner de relieve su "enorme complicidad". Pero aún quedan nueve meses para el congreso regional. Todo está abierto, aunque Ayuso asegura ir de frente y no deja de repetir su intención de liderar el partido. Habrá que ver, finalmente, a quien apoya la dirección nacional y si Almeida, que por el momento no se lo había planteado, da un paso al frente.