¿Qué ha pasado con la hora de la mujer?

Recuerdan hace un año. El hipódromo vivía en 'La hora de la mujer'. ¿Qué ha pasado? Dónde están las dos exponentes de ese momento histórico. Ni Julia Zambudio ni Vicky Alonso aparecen casi en el programa. Las echamos de menos. Y es el momento de reflexionar los porqués. No soy dudoso de mi deseo de que, tanto una como otra, puedan disponer de oportunidades y aunque nos encontramos en situaciones distintas, volvemos a unir sus caminos para explicar una realidad. La hora de la mujer se ha parado. ¿Por qué?

Nieves García luchó por el descargo de cuatro kilos para las mujeres aprendices. Era una medida, que en su día le costó disputas casi con todo el hipódromo. Lo consiguió y sirvió para que tanto Vicky Alonso como Julia Zambudio aparecieran en escena. Dos mujeres jóvenes que en el momento en que Nieves luchaba contra todos ni siquiera las conocíamos. Pero que aparecieron en el Hipódromo para que se hablara de ellas y del descargo, como nunca se había hecho antes.

Los preparadores se las rifaban y les ofrecían montas ganadoras, sobre todo, en los handicaps. Ambas, además, en la cresta de la ola recibieron elogios de todo tipo y condición. Merecidos y exagerados. Justos y no tanto. La gente se fijaba en ellas. Los propietarios buscaban unir su nombre al éxito. Sonaban las campanas de la Hora de la Mujer. Vicky Alonso ganó el Gobierno Vasco. Julia Zambudio pulverizó el récord de victorias de un aprendiz en el turf español y ganó con Lady Moon una de las carreras mejor dotadas del calendario. Pero esos éxitos ya están olvidados. Ahora pocos las llaman.

Vicky Alonso apenas recibe montas que no sean relacionadas con caballos de su familia o con opciones en hándicap del patio de Osorio, donde trabaja. Julia Zambudio firmó un contrato de primeras montas con el Marques de Mirafores, una de las, a priori, mejores cuadras del Hipódromo, y se ha visto relegada pronto, y sin aparente culpa, a un segundo plano teniendo que ver como jockeys franceses vienen a montar los caballos de su contrato.

En las grandes carreras, además, se ha instaurado la costumbre entre los preparadores y propietarios de traerse jockeys de Francia u Inglaterra para montar los mejores caballos. Hay jockeys que en Francia apenas montan y ganan muy pocas carreras y aquí se suben domingo tras domingo en favoritos de aficionados. Da igual que sigan sin ganar, ni aquí ni allí, al domingo siguiente seguirán viniendo para montar. Y en las carreras de handicap, ya nadie recurre a ellas al no contar con el descargo que tenían antes de ganar 50 carreras. Los preparadores las han sustituido por otras mujeres como Cristina Pérez o la checa Denissa Sikorova que también descargan aún cuatro kilos y que, aunque están ganando bastante menos, son opciones más requeridas.

Expuesta la realidad, ¿cúal es el problema?; y lo más importante, ¿hay solución?. El problema puede radicar en lo excesivo del descargo, que te permite ganar muchas carreras demasiado rápido y al perderlo es imposible que haya continuidad porque otras llegan que descargan lo mismo y les quitan las montas en los hándicaps. Y aunque han demostrado valer para disputar Grandes Premios, donde han vencido sin descargos, no hay suficiente valentía entre los preparadores para confiar en ellas. Los dos más importantes, Anaya y Arizcorreta, apenas han dado montas antes y ahora. Curioso dato. Y el resto vive en el alambre. No pueden arriesgar. Y como cualquier otro deporte, ya seas hombre, mujer o capullo de flor necesitas tiempo y asimilar los pasos. Ese tiempo no se tiene en el hipódromo porque no se lo pueden permitir los preparadores. Hay demasiadas urgencias y un sólo ganador.

Si este es el problema, ¿cúal es la solución?. Es difícil. Y más plasmarla valientemente en letras. Lo que está claro es que los protagonistas tienen que seguir trabajando para no bajar el nivel que les ha permitido con o sin descargo ganar carreras. Eso no es fácil. En una profesión donde se necesita montar para estar en forma. Donde la cabeza juega un papel importante y la moral es un porcentaje elevado. Si consiguen eso y entender que el mismo sistema que te llevó ahí es el que te pone ahora trabas, tendrán mucho ganado.

No creo que haya que eliminar los descargos, porque ese método ha hecho aparecer nuevas fustas y se ha demostrado positivo para el Turf. Creo que es momento de dar apoyos y no de quitárselos. Aunque eso es fácil escribirlo cuando no tienes ninguna responsabilidad ni el caballo es tuyo. Es una pescadilla que se muerde la cola. Como en tantas otras cosas, la solución no es fácil. En algunas tertulias he oído y no me parece mal el limitar un kilo el descargo y ampliarlo en el tiempo con un mayor número de carreras ganadas para disfrutar de él mayor tiempo.

De lo que sí estoy convencido es que quiero seguir disfrutando de las montas de Julia Zambudio y Vicky Alonso, porque han demostrado suficiente capacidad, afición y ganas durante el tiempo que sonaba La hora de la mujer para que tengan la oportunidad de ser lo que quieren ser; JOCKEYS. Y no estamos tan sobrados como para no permitírselo.