Comando dixan

   ¡Menudo fiasco! O sea, que aquel misterioso tubito de cristal que Colin Powell blandió en su dramática intervención ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y con el que nos puso los pelos de punta a media humanidad, no era nada de nada. Un tubito lleno de aire y solo eso. ¡Vaya por Dios! Y parecía tan seguro de si mismo el Sr. Secretario de Estado frente a las cámaras, tan convincente, acompañado por el director de la Cia. Y por nuestra embelesada  Ministra de Asuntos Exteriores, contándonos aquella sarta de mentiras con las que se apoyó la invasión de Irak, que hasta nuestro entonces Presidente Aznar se lo creyó a pié juntillas, con lo listo que es y lo simpaticote, advirtiéndonos mientras acaricia sus empavonados bucles que se lo creyó el y todo el mundo, así que nadie trate ahora de esquivar responsabilidades, faltaría más. Y no sólo se lo creyó, sino que aprendió un montón y utilizó la misma táctica en el Congreso de los Diputados para acongojarnos a todos los españoles con aquellos polvos que descubrieron en poder de una célula integrista. Unos polvos que en primera instancia fueron considerados inocuos por el juez de la Audiencia Nacional Guillermo Ruiz Polanco -poco después suspendido de sus funciones- pero que un informe del FBI consideró factibles de componer un poderoso explosivo; NAPALM casero, ¿recuerdan? Era un paquete de detergente y escamas de jabón, por lo que el comando de la llamada 'Operación Lago' pasó a conocerse popularmente con el sobrenombre de 'Comando Dixan'. Informe que hizo reconsiderar el caso al juez Garzón -mucho más precavido por aquel entonces- y mandó enchironar de nuevo a los integristas. Pues bien, ahora resulta que tampoco acertaron en eso los servicios de inteligencia estadounidenses. Aquello, como el tubito de Colin Powell, no era nada de nada, o mejor dicho, era lo que parecía: jabón.

   Por eso la Audiencia Nacional ha condenado a los cinco integrantes del  famoso comando Dixán a diez años de cárcel por pertenencia a banda armada y a otros tres años más por falsificación de documento público, pero los ha absuelto de los delitos de conspiración para cometer atentados y de tenencia de explosivos.

   ¿Qué está pasando con los servicios de inteligencia norteamericanos? La CIA, el FBI, la Oficina de planes Especiales del Sr. Rumsfeld. O bien son la excusa con que justificar cualquier tropelía, o realmente no dan una. O las dos cosas.

   Nos preguntamos si también intervinieron en el análisis del famoso ácido bórico y en las peregrinas conclusiones de los peritos porque, si es así, lo entenderíamos todo mucho mejor.