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Uno de los naturales de Rafaelillo a su primer toro, del que obtuvo una oreja.
Uno de los naturales de Rafaelillo a su primer toro, del que obtuvo una oreja. (Foto: Plaza1)

San Isidro: oreja para Rafaelillo en un festejo plomizo con nuevo fracaso de Talavante

sábado 04 de junio de 2022, 22:56h

Muchos pensaban que en esta penúltima función del abono Talavante hacía su cuarto y postrer paseíllo, el extremeño, con sólo una oreja de escaso fuste cortada como paupérrimo balance en los seis toros anteriores, iba a salir a revientacalderas, a arrollar, a dejarse la piel y lo que hiciera falta para reivindicar la máxima categoría con la que se retiró hace cuatro años. Craso error. Porque volvió a defraudar con una actuación plana y vulgarota que acabó enfadando al respetable. Otro chafarrinón en su expediente similar al que al de Adolfo con una corrida descastada y blanda. Al menos, el siempre voluntarioso Rafaelillo cortó una oreja a ley, y Escribano, vulgar en lo artístico, pero se entregó con valor en el peligroso quinto.

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A años luz de sus últimas campañas antes del descanso que por decisión propia se tomó, Talavante no tiene la excusa de que su ‘adolfo’, como todos, no sirviera casi en la muleta y se fuera apagando, porque hasta que llegó ese momento, las series por ambos pitones fueron deslavazadas y ventajistas sin un gramo de arte antes de montar un mitin con la espada. Menos todavia cuando se libró del sexto de esta divisa -otrora encastada y exigente y cuyo momento actual también es preocupante-, devuelto por cojo.

Le esperaba uno de la tan querida ganadería de Garcigrande, que apretó en el caballo, del que costó sacarlo cerca de diez minutos y donde casi entregó la vida. No era toro de triunfo, pero sí de estar fácil y aseado en vez de apático y con ganas de acabar como mostró el extremeño echándose fuera descaradamente con el estoque y ganñandose una fuerte bronca. Él sabrá.

Lo único con cierto relieve lo festoneó Rafaelillo aprovechando en su primero, con un comportamiento menos borreguil que sus hermanos a excepción del quinto, con disposición y enjundia al natural y en redondo las pocas embestidas que le permitió antes de despenarlo con un estoconazo de los mejores de la Feria del que rodó sin puntilla poniendo al público en pie. Ni eso le dejó el otro, que parecía desear la muerte antes que pelear, por lo que el murciano se inclinó por un arrimón populista entre sus dos -afiladas e impresionantes navajas.

Como el Señor no ha llamado a Escribano para las exquisiteces ni siquiera con los palitroques –que puso con su habitual vulgaridad en ambos- el de Gerena aburrió con tropecientosmil pases fuera de cacho al segundo y casi inválido mimosín. Sin embargo en el quinto, un animal que demostró peligro de salida y se fue resabiando, el coletudo anduvo valentísimo dando la cara y jugándosela de verdad en sus vanos intentos de sacarle algo positivo.

FICHA.

Toros de ADOLFO MARTÍN, justos de presencia, flojos, descastados y nobles, excepto el peligroso 5º. Y 6º, sobrero,de GARCIGRANDE, con volumen pero feo, bravo en el caballo, noble y flojo. RAFAELILLO: oreja; ovación. MANUEL ESCRIBANO: silencio; ovación. ALEJANDRO TALAVANTE: silencio; bronca. Plaza de Las Ventas, 4 de junio, 28ª de Feria, Lleno de ‘no hay billetes’.

Crónica del festejo anterior.

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