San Isidro: oreja barata y cornada en un gemelo para Román en un festejo accidentado

Ya el gran Joselito, el que estrenó nombre artístico no el de los 80 y 90, advertía aquello de que Dios te librara de un toro bravo en Madrid. Y lo afirmaba un genio como él. Así que la ¿suerte o desgracia? de enfrentarse a un animal no bravo, aunque ‘Retozón’ cumplió en varas, pero sí exigente le correspondió a Román al que se enfrentó dándole la distancia qu le pedía y embarcándolo en la pañosa por ambos pitones a toda velocidad, con muchos pases.

Mas sin aplomo, reposo ni la calidad que merecía y concluyó con unas valientes bernadinas con los pitones rozándole la taleguilla y un gran pase de pecho antes de despenarlo atracándose en el embroque y dejando un espadazo trasero que necesitó de un descabello. Supo a poco a un sector de la plaza, pero los indoctos, que eran mayoría, tiraron de moquero y la oreja fue al esportón del valenciano.

Le esperaba en cuarto lugar ‘Peletero’, un castaño flojito, que no peleó en el caballo pero repitió enorme codicia en la flámula y ya Román, muy valiente como es su seña de identidad, sí, ni siquiera alcanzó el nivel del inicial y se vio desbordado a ratos. En una de las encastadas embestidas ‘Peletero’ le semivolteó y sin que pareciera haber herido al coletudo, se llevó el regalito de un puntazo en el gemelo. Tras una vuelta -hubo petición en mucha menor medida- se marchó a la enfermería.

Casi en el momento en que de allí salía Gonzalo Caballero –jaleado bochornosamente por un grupo de atléticos, como él- tras ser atendido durante más de media hora de la paliza que le pegó su primero al poco de abrirse de capote. El animal lo tuvo entre los pitones varios interminables segundos, lo zarandeó y lo soltó contra las tablas. Todo presagiaba fuerte cornada, pero no se sabe la razón o el milagro laico, no fue así, aunque el madrileño quedó hecho unos zorros, a pesar de lo cual lo mató.

Por cierto que también en este turno su subalterno Jesús Arruga cayó a la salida de su par de banderillas y aunque el toro no le persiguió, se fracturó el hombro derecho. Su jefe, Caballero, ya mermado de facultades frente al quinto tras abandonar la enfermería, fue capaz de extraerle unas ortodoxas y cortas series en redondo y al natural antes de irse pronto a por la espada.

El único toreo digno de mención con el percal lo llevó a cabo David de Miranda al recibir a su primero con un ramillete de templadísimas verónicas ganando terreno y rematando con una bella media. Luego ni éste ni el que cerró función, ambos descastados y sosos, le dieron opción de lucimiento.

FICHA

Toros de LUIS ALGARRA, muy justos de trapío, con 5º y 6º chicos; escasos de fuerza y descastados excepto 1º y 4º; todos nobles. ROMÁN: oreja tras aviso con protestas; vuelta con protestas. GONZALO CABALLERO: palmas al marchar a la enfermería; silencio. DAVID DE MIRANDA: silencio; silencio tras aviso. Enfermería: Román fue atendido de herida en el tercio medio de la cara posterior de la pierna derecha con una trayectoria ascendente de 15 cms. que causa destrozos en el gemelo interno. Pronóstico reservado. Y Gonzalo Caballero, de contusión en la rodilla derecha con posible lesión del menisco interno y rotura fibrilar del gemelo interno, y puntazo con hematoma en gemelo externo de la pierna izquierda. Decidió continuar la lidia bajo su responsabilidad. Plaza de Las Ventas, 28 de mayo, 21ª de feria. Tres cuartos de entrada (18.170 espectadores, según la empresa).

Crónica del festejo anterior.