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Crítica de la obra de teatro 'Lectura fácil': adaptación, inadaptación y normas
(Foto: Obra 'lectura fácil')

Crítica de la obra de teatro 'Lectura fácil': adaptación, inadaptación y normas

domingo 04 de diciembre de 2022, 11:16h

Alberto San Juan, miembro fundador de Animalario y del Teatro del Barrio, dirige y adapta Lectura fácil, la novela de Cristina Morales (Premio Herralde de Novela 2018 y Nacional de Narrativa 2019), en montaje que ha titulado de forma idéntica, ‘Lectura fácil’, en el que aborda desde un texto plagado de sentido del humor la extrema dificultad que surge a la hora de sintonizar los intereses del poder y de los ciudadanos o, en este caso concreto, entre quienes poseen la tutela de las personas con alguna discapacidad y los propios tutelados.

La historia que se cuenta en ‘Lectura fácil’ gira en torno a cuatro mujeres con discapacidad intelectual que están bajo la tutela de los servicios públicos de bienestar en un piso adaptado. Una de ellas lo abandona sin comunicar al resto, ni a sus tutores dónde ha ido ni cuándo piensa volver. Inevitablemente entra en liza el juzgado correspondiente, cuya titular, una jueza, trata de averiguar el porqué y las posibles consecuencias de esa decisión...

Esas cuatro jóvenes inadaptadas, libertarias y con discapacidad están soberbiamente interpretadas por Carlota Gaviño (hipersexualizada Marga), Pilar Gómez (Patri), Estefanía de los Santos (Nati) y Anna Marchessi (Ángeles), junto a Desirée Cascales Xalma, Marcos Mayo y Pablo Sánchez. Las tres primeras tienen que construir a sus personajes dado que no poseen ninguna discapacidad, mientras que los cuatro últimos son intérpretes con discapacidad que dan vida a personajes que también la tienen.

La dura crítica a las instituciones que contiene la novela de Cristina Morales se mantiene también en la adaptación al teatro de Alberto San Juan quién, además, ha añadido tres monólogos inexistentes en la novela. Con ellos San Juan da voz a tres personajes secundarios: la Jueza (magnífica Desirée Cascales relatando las dificultades de la jueza en su día a día laboral y social) y dos chavales (Antonio e Ibrahim)que están en el grupo de terapia, Pablo Sánchez y Marcos Mayo. Uno está más que interesado por la lengua y por Antonio de Nebrija, y otro, más prosaico, no entiende por qué él no puede acudir también a una discoteca, como cualquier joven de su edad.

En la propuesta no hay ningún tipo de paternalismos ni de paños calientes, así es que se viven circunstancias que tienen que ver con el sexo, con las relaciones con otros jóvenes sin discapacidad alguna, con la lucha constante con las instituciones por templar las inclinaciones naturales de las cuatro mujeres con discapacidad y los conflictos y tensiones que originan en su entorno inmediato y en el seno de la institución que las tutela: “la única accesibilidad universal que queremos las presas es la accesibilidad universal al goce, a la politización y a la vida deseosa de ser vivida y no mediatizada por los dominadores”, dice Nati en algún momento del montaje.

Beatriz San Juan diseña el vestuario de los personajes y el espacio escénico por donde se mueven, unas grandes paredes grisáceas que rodean el escenario. Luego la luz de Raúl Baena ayuda a definir los espacios más concretos ((el piso tutelado, un juzgado, la sala de terapia de grupo, un piso okupa), y Fernando Egozcue pone la música.

El minimalismo es la tónica dominante de la propuesta que, obviamente, busca que el espectador no se pierda en detalles espaciales o de atrezzo, sino que se centre en intentar entender la actitud y el punto de vista de las protagonistas. Por cierto, estupendamente acogida por un nutrido grupo de personas con discapacidad en el patio de butacas en la función a la que asistí, que reía con fuerza y aplaudía ciertas escenas con idéntica recepción a la del resto del público.

La propuesta, en fin, es divertida, sugerente y necesaria para que, una vez más, el ciudadano… digamos normal, trate de ponerse en el lugar de quien, por una u otra causa, tiene alguna dificultad añadida para poder compartir servicios, aficiones, lugares y vida con el mismo derecho que cualquiera. Muy interesante.

‘Lectura fácil’

(Versión libre de la novela Lectura fácil, de Cristina Morales)

Dirección y dramaturgia: Alberto San Juan

Reparto: Desirée Cascales Xalma, Carlota Gaviño / Laura Galán, Pilar Gómez, Anna Marchessi, Marcos Mayo, Pablo Sánchez y Estefanía de los Santos

Voz Yifi: Nacho Marraco

Escenografía y vestuario: Beatriz San Juan

Iluminación: Raúl Baena

Composición musical: Fernando Egozcue

Percusión: Gabriel Marijuán

Vídeo: Arantxa Melero

Caracterización: Marta Pereira

Movimiento (Iniciativa Sexual Femenina): Elisa Keisanen, Élise Moreau y Cristina Morales

Coaching interpretación, asesoría y apoyo en inclusión: Kube Escudero (AMÁS escena)

Ayudante de dirección: Anna Serrano

Ayudante iluminación: Eduardo Vizuete

Ayudante de escenografía y vestuario: Arantxa Melero

Ayudante de dirección temporada: Antonio de la Casa

Realización escenografía: Mambo Decorados

Diseño de cartel: Equipo SOPA

Coproducción: Centro Dramático Nacional y Bitò

AGRADECIMIENTOS: Ángela Bello, Gabriel Marijuán, William Keen, Sala Mirador, Escuela Más Escena, Jordi Cortés, Centro de educación especial El Pont del Dragó, Fundación AMÁS, Meet Share Dance, Psicoballet Maite León, Conservatorio Maria de Ávila, Frydas, Fco. Javier Casas Cabello, Danzass, Bailabestia, Invictus, Inés Enciso, Julia Jiménez y tantas otras personas que han ayudado en el proceso

Teatro Valle-Inclán, Madrid

Hasta el 8 de enero de 2023

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