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Succession
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Succession (Foto: Episodio 4x09)

Crítica de 'Succession' 4x09: Viviendo en el mundo de Logan Roy

martes 23 de mayo de 2023, 16:12h

El penúltimo episodio de 'Succession' vuelve a confirmar que estamos a punto de decir adiós a una serie histórica, una que nos ha demostrado que vivimos en el mundo de Logan Roy. Uno donde el dinero es "el oxígeno", lo único que importa y por lo que todo se mide.

(ATENCIÓN ESTA CRÍTICA SPOILERS)

Es impresionante como esta última temporada está definiendo toda la serie en su conjunto con un ritmo casi a tiempo real, un día por episodio, sin utilizar nunca 'flashbacks' y basando todo en el diálogo. Eso sí, 'Succession' no parece teatro sino puro cine, con unos actores absolutamente comprometidos con sus papeles capaces de decir más con sus miradas que el genial Jesse Armstrong con sus afiladas frases.

No hay mejor ejemplo que este maravilloso capítulo centrado en el funeral del gran patriarca, Logan Roy, en el que los tres discursos son tan importantes como las silenciosas reacciones que son capaces de provocar en los que los escuchan.

Todo comienza con Roman Roy (Kieran Culkin) preparándose para convertirse en el gran heredero. Después de su gran noche, en la que ha proclamado presidente a un neo fascista, consolidando su puesto como más que probable sucesor de la corona ensaya su panegírico para su padre, está feliz, es el rey del mundo. En el coche, reunido con sus hermanos bromea, con su peculiar humor, con el embarazo de su hermana y sigue fantaseando con su triunfo.

Mercaderes en el templo

Pero una vez en el templo, lleno de mercaderes, todo se viene abajo mientras va escuchando a su tío Ewan contar anécdotas de la niñez de su padre para luego exponerlo, una vez más, y reducirlo a lo que realmente era, un hombre malo. Tan importante como el discurso en sí es la reacción de Culkin al mismo, su confianza va desapareciendo, todo se agrava cuando en el estrado se fija en el ataúd de su padre, se derrumba. Ha pasado de rey del mundo a quedar apartado de la sucesión en pocos minutos y cuando más tarde en el episodio su hermano mayor se lo confirma, "la has cagado", Culkin sale a la calle a recibir el castigo físico que su padre solía darle cuando fracasaba, ahora de manos de los grupos izquierdistas que han visto como amañaban las elecciones delante de sus ojos (precisamente él que fue protagonista en eso, ahora parece impotente ante sus propias acciones). Principio y final, auge y caída.

Después de que Roman sea incapaz de dar su discurso, Kendall vuelve a tener que salir al estrado a improvisar un discurso. Lo hace demostrando que ya ha vendido su alma al "diablo", esto es al fantasma de su propio padre, si la vida solo puede valorarse en dinero (recuerden la conversación entre Logan y su guardaespaldas, "mi único amigo") entonces su padre fue un gigante. Sí, el tío Ewan tiene razón, era malo, pero eso no importa porque ganaba, no mejor, creaba un montón asqueroso de dinero, y el dinero es "la sangre vital, el oxígeno de esta maravillosa civilización que hemos construido a partir del barro". Todo son imágenes de embarazo y parto para Kendall: corpúsculos brotando, ambición acelerada, "vida sangrienta y complicada". Logan fue el motor de la creación, y el nacimiento siempre viene acompañado de dolor. Un futuro sin la fuerza vital de Logan sería como la muerte: "perezoso y gris". Y, por supuesto, como Kendall no sabe cómo tener un momento significativo sin relacionarlo con el agua, decide describir a su padre como una fuente de la que el dinero mana a borbotones, dice . Creando "grandes géiseres de vida".

El Dios dinero

Cuando Jeryd Mencken (aprendiz de dictador) muestra su cara de satisfacción, uno sabe que Kendall no puede estar más equivocado. Pero la ovación que recibe demuestra que vivimos en el mundo de Logan Roy y el dinero es el nuevo Dios, Rava y sus hijos ya no son una prioridad (a pesar, no, incluso agravado, por ese momento en el que le dice a Jess que quiere la custodia total). Aunque hablando de madres, no hay mirada más significativa que la que le echa la suya, mientras Kendall dice que Logan los hizo a él y a sus tres hermanos. Por cierto, Lady Caroline Collingwood se roba cada plano del episodio, principalmente cuando se lleva a Kerry, la ex amante de Logan, a primera fila y con ella a otra mujer para presentársela a Marcia diciendo "Sally-Anne fue mi Kerry, ahora es solo agua pasada".

El último elogio fúnebre corre a cargo de Shiv y es el más ambiguo de todos. Quizás porque Shiv no trata de convencer a su audiencia sino solo a ella misma, quiere a su padre pero sabe que es una especie de monstruo, su veneno también corre por sus venas y está dispuesta a vender sus principios al mejor postor, aunque este venga en la forma de un "atractivo nazi", como califica Matsson al, por ahora, recién electo presidente de los EEUU.

Las espadas está en todo lo alto y la batalla por la sucesión ha quedado reducida a Kendall y Shiv, aunque Matsson podría decidir poner a cualquier otro CEO marioneta en el puesto, quizás el giro más perverso y cruel para los propios Roy fuera que el sueco se dicidiera por ese tipo del que ya se ha dicho que es perfecto para el puesto "porque parece que me preocupo pero realmente no lo hago", el primo Greg.

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