Catarsis de parejas en ‘Bajo terapia’

En nuestro país, al menos, hablar de terapia psicológica es casi un sinónimo que se asocia con facilidad a cualquier ciudadano argentino. No deja de ser un estereotipo, pero, a veces, los estereotipos contienen dosis de realismo empírico. Así parece haberlo entendido también este nuevo dramaturgo –‘Bajo terapia’ es su primera obra- en la que tres parejas (un personal shopper, una arquitecta, un agente comercial, una profesora de guardería, un contable y una abogada), se presentan en el consultorio de su psicóloga personal -Antonia- con instrucciones para autotratarse ese día. Las indicaciones para esa sesión tan particular para todos los asistentes están recogidas en ocho sobres que la psicóloga ha dejado sobre una mesa. Algunos contienen consignas generales para todo el grupo y otros, sin embargo, van dirigidos específicamente a algunos de los participantes. En este extraño juego, las tres parejas sacan a flote sus problemas personales, de pareja, la educación de los hijos, la difícil convivencia, la rutina, la sexualidad, los celos.

La escenografía, a cargo de Elisa Sanz, está representada por un cuadro abstracto de grandes dimensiones que preside una estancia de claro tinte moderno y muy confortable. En ella, un perchero, un sofá rojo de piel, un sillón y una mesa baja, 4 sillas y una mesa de despacho moderna, sobre la que se encuentran los sobres que los protagonistas irán abriendo uno a uno.El hecho de no conocerse entre ellos les da pie para abordar temas cotidianos, habituales entre los personajes que representan sus glorias y sus miserias sobre el escenario, pero también para que los espectadores se identifiquen inmediatamente con ellos. Todo sucede poco a poco, de forma natural, como sin importancia, pero, a veces, la tensión se acumula y se corta entre las parejas y la comedia adquiere tintes dramáticos.

Los personajes, sus actitudes, sus bromas, sus verdades, sus silencios, sus dudas, sus iras… fluyen con una naturalidad tal que, incluso, a veces, el espectador pierde la conciencia de que lo que está viendo sobre el escenario es solo una representación ya que la situación adquiere verdaderos tintes de verosimilitud, de un episodio vital que tiene lugar allí mismo entre esas tres parejas. La dirección de Veronese, desde luego, tiene mucho que ver en ello, y la excelente interpretación de los actores protagonistas (todos dan el tono justo y llegan verdaderamente a lucirse) es la única razón de que se acabe forjando una comedia redonda. Ellos son Melanie Olivares, Carmen Ruiz, Manuela Velasco, Gorka Otxoa, Fele Martínez y Juan Carlos Vellido.

Es cierto que ‘Bajo terapia’ recuerda bastante a otras dos obras de verdadero éxito en temporadas pasadas, ‘El método Grönholm’, deJordi Galcerány, sobre todo, por la proximidad de latemática, a‘Toc Toc’del francés Laurent Baffie, pero la obra de Matías del Federico impone un giro final verdaderamente inesperado y sorprendente que la hace singular y realmente atractiva. El público, desde luego, así lo entendió el día del estreno y eso que entre él había un buen número de actores españoles de cine y teatro, que aplaudían con el mismo entusiasmo que el del resto de los espectadores que llenaban la sala Verde de los Teatros del Canal.

La iluminación, a cargo de Ion Aníbal López, permanece fija a lo largo de casi todo el montaje y es nítida, cálida, potente, excepción hecha del principio y del final de la obra, coincidiendo con un inquietante efecto de sonido de rejas que se cierran contundentes detrás de alguien. Ese sonido inicial, que parece un tanto desconcertante, adquiere pleno sentido al final de la obra y dan el cierre a una comedia que, estamos seguros de ello, dará mucho de qué hablar y constituirá un indudable éxito comercial por escenarios de toda España.

‘Bajo terapia’, de Matías del Federico.

Director: Daniel Veronese

Madrid. Teatros del Canal, hasta el 27 de septiembre