San Miguel Primavera Club de Madrid: Seguridad, colas y The Vaccines

Lo más comentado en el recinto, aparte del tijeretazo al aforo de la Nave Terneras, era la excesiva seguridad y las colas que esto conllevaba. Había que enseñar el DNI, pulsera y ser cacheado cada vez que se salía de una sala y se entraba a otra. En la Nave Terneras no pude entrar, pero me comentaron que su aspecto es desolador con sillas y mucho espacio libre. A ver que pasa hoy con Redd Kross.

Pero vayamos con la jornada inaugural. Como decíamos había mucha expectación para ver el post rock de los Swans. El grupo presentaba el mastodóntico 'The Seer' y eso se noto en los minutos finales de Mark Lanegan en los que mucha gente abandonó el escenario principal de la Nave 16 para dirigirse a ver a esa leyenda del post punk.

Tras esperar una cola de más de cuarto de hora, los que consiguieron entrar (el aforo es de unas 600 o 700 personas) se encontraron con una declaración de intenciones, se les entregaban tapones para los oídos, por lo que pudiese pasar.  

Michael Gira y los suyos hacían su aparición en el escenario bajo un extraño sonido que se alargaba, el público se impacientaba, mientras en el escenario Gira charlaba con el bajista, al final entran en faena, la gente preparada con sus tapones al menor gesto de que aquello se desparrame. Comenzaron con 'To be kind', una canción inédita. Los fieles comienzan a asentir con la cabeza, los profanos se empiezan a preguntar porque habrán abandonado la cálida Nave 16 para meterse en la helada Nave de la Música. 

En uno de sus recientes conciertos Gira dijo que su grupo quiere "vivir eternamente en los estómagos de la gente" pero al estómago de mucha gente la mezcla se le hizo indigesta. 'Avatar', una de las canciones del aclamado 'The Seer', siguió explorando su sonido industrial mientras Gira repite como un mantra aquello de "Your life is in my hand, your mind is in my eye". Las 22:35, mucha gente ha abandonado ya la sala, y mucha otra quiere entrar. Salgo con una sensación opresiva y me encuentro con una cola de más de cuarto de hora para poder volver a entrar a la Nave 16. En la calle según estés más cerca de una o de otra se puede escuchar a Swans llegando al volúmen prometido (el de hacer sangrar las orejas) y a Ariel Pink´s Haunted Graffiti jugando en 'Symphony of the Nymph' con el 'Love me do' de los Beatles. Creo haber acertado en mi elección. Tras enseñar el DNI por cuarta vez me acerco al escenario donde el entrañable Pink y sus pantalones rosa, ya no parece tan freak después de haber visto a los de Deerhoof. 

El concierto gira alrededor de su último disco 'Mature Themes' y al principio toca su parte más disfrutable y pop con 'Only in my dreams' y la canción que le da título. Que gran sensación de bienestar escuchar canciones tan redondas. Luego el concierto se mete en terrenos más dispersos, la cara más experimental sale a relucir con 'Early birds of Babylon' y el concierto pierde gancho. La esperanza de que toquen 'Baby' se desvanece. Casi mejor, sin Dam Funk no puede ser lo mismo.

Con puntualidad británica, como en todo el festival, a las 0:00 aparecen sobre el escenario los Vaccines, no se andan con remoloneos y entregan de salida una de las ganadoras, 'No hope', la canción que abre su segundo disco, 'Come of age'. Delirio entre un público con ganas de fiesta. Lo bueno de un grupo como The Vaccines en un festival es que es una apuesta segura. Se trata de un grupo de singles, con cuatro o cinco grandes canciones por disco. Ellos tienen dos y eso te da unas diez canciones infalibles y cuatro o cinco más bastante salvables. En 45 minutos de actuación tienes un éxito asegurado. Así fue, canciones como 'Teenage icon', 'Aftershave ocean' o 'If you knew', de su último disco, se alternaban con los grandes clásicos de su primer disco como 'Post break up sex', 'If you wanna' o 'Norgaard', canción que puso el broche final a un concierto que les convirtió en los grandes triunfadores de la primera jornada. Habrá que ver si consiguen cerrar un disco redondo o se quedan en un segundo escalón junto a grupos como Kaiser Chiefs o Maximo Park. Visto lo de ayer tienen potencial para conseguir lo primero.

Antes las cosas había comenzado con Toy un grupo de shoegazers británicos que enmarañan sus melodías en ruidosas conjugaciones de guitarras consiguiendo un resultado hipnótico. Después pudimos apreciar a Deerhoof que, gracias a su presentación visual, dejaron anodadado a más de uno. Imagínense a Mika vestido como el primo hortera de Los Manolos a la guitarra, a una joven Yoko Ono llevando el bajo Hoffner de Paul McCartney y al nerd más nerd con la guitarra colgada del sobaco. Lo mejor las ganas con las que tocan; lo peor, una fórmula machacona; melodías infantiles rotas por guitarrazos y cambios instrumentales. De actitud son un diez, de canciones se quedan en el aprobado raspado.

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