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En el Matadero de Madrid

La clase de los Tindersticks, lo mejor de la primera jornada del Día de la Música

La clase de los Tindersticks, lo mejor de la primera jornada del Día de la Música

sábado 23 de junio de 2012, 09:55h
A juzgar por la gran entrada que hubo en el Matadero de Madrid, los festivales de música no entienden de crisis, ni, por ahora, de Eurocopa. Miles de personas disfrutaron con el magisterio de Tindersticks, la voz de Lee Fields, las caderas de Azealia Banks y la frescura de Two Door Cinema Club.
Señor Chinarro abrió el escenario Rockdeluxe a una hora tan poco propicia para un concierto como las 17:15. Antonio Luque se lo tomó con filosofía, " a estas horas solemos estar dormidos", y abrió con 'Ni lo se ni lo quiero pensar'. A partir de aquí comenzó un repaso a una carrera que tiene mucho mérito. Luque lleva años siendo una de las referencias claras del indie español, es uno de los letristas más brillantes de su generación y cuenta con un buen puñado de buenas canciones, eso sí, su voz es un gusto adquirido, rallando a veces en lo monótono.

Después había cita en uno de los escenarios al aire libre con el soul clásico de Lee Fields. Lo de poner un concierto de soul sudoroso a las 18:15 de la tarde, mientras la gente se refugiaba en las pocas zonas de sombra que había, tiene su aquel, sobre todo para la pobre banda, elegantemente vestida, como mandan los cánones del género, pero derritiéndose literalmente. Fields, que lleva grabando desde los 70, empezó su carrera, como tantos otros, siguiendo la estela del James Brown más funky. Sus últimos años le han visto ganar en popularidad, gracias a que el soul retro se ha puesto de moda. El disco que presenta, 'Faithful man', es un gran ejercicio de soul clásico al más puro estilo Stax, bebiendo mucho más de la fuente más pura del soul, Otis Redding, que de la dinamita de Brown. Gran voz, gran banda, buena presencia escénica y buenas canciones. Todo muy disfrutable, si uno olvida el hecho de que no es más que una (bonita) sombra de los grandes nombres citados anteriormente.

Más original es la propuesta de la estadounidense Annie Erin Clark, más conocida como St. Vincent, la suya es una música angular que bebe en las fuentes del post punk, pero que en ocasiones se queda en tierra de nadie. Su energía en directo es envidiable, su actitud empuñando la guitarra eléctrica como algo peligroso también, lo malo es que la única gran canción que sonó fue 'Cruel'. Le sobra actitud y le faltan canciones. El final con la versión de The Pop Group fue el segundo mejor momento de la cita.

Tindersticks fue lo mejor del día, su concierto se tuvo que retrasar hasta las 21:00, por un problema en su vuelo, pero la espera mereció la pena, los de Stuart Staples derrocharon clase, dejando tres o cuatro grandes momentos, ya fuese visitando sus discos clásicos de los años 90, como en 'Let´s pretend', o su último trabajo, 'The something rain', en la magnífica 'Show me everything', en la que la suave voz de barítono de Stuart Staples se mezcla a la perfección con el falsete del bajista, Mark Andrew Colwill. En los mejores momentos había ecos de Scott Walker o Lee Hazlewood, en los menos buenos suenan, cuando menos, hipnóticos. Un grupo que, desde luego, puede presumir de originalidad y saber hacer. Bastante más, desde luego, que el sobrevalorado James Blake.

A nivel popular los grandes triunfadores de la cita fueron la joven Azealia Banks, que con su rap a là M.I.A. y canciones como '212' puso a bailar a todo el festival, y los norirlandeses, Two Door Cinema Club, que con un estilo cercano al de los franceses Phoenix, no se sabe si serán 'the next big thing' o el 'hype' de turno. La publicación de su segundo disco en septiembre dará la clave. A juzgar por la reacción del público, aquí se han ganado una buena reputación. 

The Raveonettes defraudaron con su mezcla de melodías spectorianas y guitarras distorsionadas, esto lo hacían mucho mejor los Jesus & Mary Chain, y además el sonido tampoco les acompañó. El final de fiesta fue para las golosinas pop de La Casa Azul. Guille Milkyway es un compositor divertido e inteligente y canciones como 'Superguay' o 'La revolución sexual' tienen unos estribillos tan pegadizos como el chicle.

Este sábado jornada grande en la que esperan Spoon, Mäximo Park, Mercury Rev, Love of Lesbian o Alejandro Escovedo y una sombra mucho mayor que un Alemania-Grecia, el España-Francia de la Eurocopa ¿Se notará en la afluencia de público?
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