Los datos de PIB de China publicados ayer han llevado una cierta tranquilidad a los mercados al estar en línea con lo previsto. En el cuarto trimestre de 2015 la economía creció un 6,8% en tasa interanual, una décima menos de lo estimado. En el conjunto del 2015 el crecimiento ha sido de un 6,9% en línea con la referencia objetivo de entorno al 7% establecido por el gobierno. Aunque siempre existen dudas sobre la rigurosidad de los datos publicados, los mercados los han interpretado como tranquilizadores, favoreciendo una mejora tanto en la renta variable como en los mercados de materias primas. En una lectura más detallada de los datos vemos como en diciembre la producción industrial se redujo más de lo previsto hasta situarse en el 5,9% desde el 6,2% registrado en noviembre. Las ventas minoristas crecieron a un ritmo interanual del 11,1%, una décima menos que en el mes anterior y dos por debajo de lo estimado. En resumen, vemos como los datos muestran que el crecimiento de la economía China sigue moderándose y en el año 2015 registró su nivel más bajo de los últimos 25 años. La desaceleración económica en China es una de las razones señaladas por el FMI para revisar a la baja por tercera vez en un año los pronósticos de crecimiento mundial para 2016 y 2017 hasta el 3,4% y 3,7%, respectivamente desde el 3,6% y 3,9% que señalaba en su informe de octubre. El FMI también hizo referencia al descenso de los precios de las materias primas que están teniendo un impacto negativo sobre países emergentes, entre los que destaca Brasil.