Esta crónica, y tal vez otra que haga con motivo de la “Feria” Taurina de Otoño en Madrid, está dedicada a las orejas que algunos presidentes de plazas de toros dan-quitan a toreros. Es decir, haré pocas referencias a la “oreja-orejas como sentido de la audición”. El respetado y respetable torero Julián López “El Juli”, salió por la puerta grande de la primera plaza del mundo en programación-proyección-valoración… al cortar dos orejas al segundo toro de su lote, en su despedida de Las Ventas. Se retira de los ruedos.
Seis toros, cuatro del Puerto San Lorenzo y dos de la Ventana del Puerto. Toros más que parientes cercanos. Toros mansitos, flojitos, sositos, modernitos…, que dejan hacer un toreo relativamente fácil desde el punto de vista táctico-técnico. En efecto, toros que por su “bravura-empuje” suelen ir de más a menos en el hacer de las suertes. Solo el cuarto, es uno de los toros más cobardes y mansos de las últimas temporadas. Uceda Leal, en su primer toro, interpreta los mejores naturales de la tarde.
Tomás Rufo, interpreta el mejor toreo de capote en un quite al primero de su lote… la oreja que corta a su segundo tampoco es una oreja que de verdad enriquezca su trayectoria. Fernando Sánchez coloca un colosal par de banderillas… que tal vez hizo reflexionar a, “El Juli”, de poner o no poner banderillas en la cátedra… al toro de su “triunfal” despedida. Julián, brinda su primero a la presidenta de la comunidad madrileña, con ovaciones-palabras parecidas, o superiores, a las de algunos toreros que brindaban a Franco en las Corridas de La Beneficencia. En la faena hubo pasajes vistosos pero acabó gafada.
En ese ambiente-clímax, “El Juli”, corta dos orejas más que exageradas. Faena, “juliana”, sin más, con un final de efectos especiales que poco dice al prestigio de la plaza y al criterio de los aficionados cabales… pero “enardece al gran público”. Hemos visto a Julián mejores faenas en Madrid con menos premio o fallando a espadas. “El Juli” tiene mérito porque lleva 25 años arriba del escalafón dando la cara en todas las ferias taurinas del mundo mundial… corta orejas casi todas las tardes… tiene magisterio en dominio-táctica-técnica en el ruedo … tiene muchísimo conocimiento del toro y del toreo. Es una figura importante en su época… pero justito o escaso de gracia, de pellizco, de toque de distinción, de capacidad de sorpresa y de torería para los restos.
No, no es un torero de época o genuino, como dicen los profanos. Es un torero mucho más de cantidad que de calidad-pureza. Ojo, demasiados novilleros-toreros jóvenes imitan la actitud-aptitud moderna-“torera” de “Juli” en vez de desarrollar la personalidad propia o la versión más artística-enjundiosa del toreo… esa que cantan-cuentan poetas, músicos, pintores o artistas de una pieza. Su faena triunfal, en circunstancias menos festivas y más solemnes, estaría más que premiada… con el corte de una oreja. La segunda y pico ¿es de propina?
Les cuento un chiste muy gracioso… aunque yo tenga poca-nada gracia en esos divertidos-necesarios menesteres. “Ese joven con una oreja más grande que la otra, va por la calle con un complejo que casi le hace sufrir... un sector de personas con las que se cruza se ríen de él en la cara o por la espalda. Llega un día que el muchacho se niega salir a la calle. La madre, muy preocupada, va y viene en busca de un médico-especialista que le calme, entienda y solucione el problema. Parece que lo encuentra. Convence al hijo para ir a la consulta. El hijo acepta con la condición de llevar vendada la cabeza-orejas. En la consulta, el muchacho se explica y el médico, con buenas palabras le dice… “que no será para tanto”.
El galeno empieza a desenroscar la venda y en la rosca diez o doce… se desploma una oreja…el médico no puede evitar la carcajada… y el joven, muy contrariado le dice: ve como usted también se ríe… ¡pues ya no le enseño la oreja grande! En fin, si quieres cachondeo, te doy doble ración.
Si (
No(
