Carnaval del toro en Ciudad Rodrigo: Figuras de las talanqueras

Encierros y desencierro mañana, tarde y noche, a pie y a caballo por sus calles, capeas con los astados que han corrido previamente, se celebran abarrotadas literalmente de público que llega desde todos los puntos de España a disfrutar de esta localidad, pero sobre todo atraídos por un elemento fundamental, EL TORO DE LIDIA. Además de las ya mencionadas capeas, se celebran otros festejos taurinos de mayor envergadura, como festivales y novilladas con-sin picadores, en la misma plaza del pueblo de forma rectangular, reconvertida en coso taurino por medio de talanqueras que la circundan, cuyos asientos son estrechos e inclinados tablones de madera, mas conocidos como !tablaos”.

Y si ya de por sí, es un espectáculo la transformación de la plaza del pueblo en improvisado ruedo, más significativo resulta que las llamadas “figuras del
toreo, y de la ganadería” participen en este marco incomparable pero alejado del lugar que se supone debe ocupar quien es celebridad de su categoría. Decían antiguamente los toreros, que solo vestían el chispeante en lugares donde !había tranvía”, pues allí estaba el dinero, la reputación y la gloria, con lo cual verles anunciados en estos festejos tan singulares, resulta más que llamativo.

¿Me quiere decir alguien qué lugar le queda a los matadores más modestos e incipientes?, ¿Qué lugar le queda a las ganaderías que no lidian festejos mayores?, es fácil la respuesta… casi ninguno. No se puede fagocitar a los restantes componentes de la Tauromaquia, y máxime con la merma de festejos existentes, es una obligación que cada uno debe ocupar su sitio, no es de recibo cerrar las puertas a los noveles, por que muy pocos absorben todo !el mercado”, lo que contribuye a eliminar la diversidad.

Si las supuestas figuras van a los pueblos, si las ganaderías que lidian en las ferias venden toros además para encierros, es imposible la renovación en el escalafón, y es imposible para el aficionado poder disfrutar de diversidad de encastes. ¿Es legal? Sí… pero entiendo que no es adecuado ni legítimo, va en contra de todos los operadores que forman parte del toreo, incluidos los espectadores/aficionados que pagan su entrada rigurosamente.

Esto supone un sinsentido que contradice los valores de los que tanto presumen los taurinos de profesión. No es culpa de los Ayuntamientos, estos contratan a quien consideran más adecuado para su localidad, ya sea toreros o ganaderías, pero rompe de forma indubitada con la ética y la estética, que debe primar por encima de todo. Ver a estos toreros en plazas de talanqueras tragando polvo, donde por mucho que quieran no esta su sitio, es cuanto menos una anomalía.

Se lo debe hacer mirar el sector, de lo contrario ellos mismos y no los políticos ni los antitaurinos, van a terminar acabando con la fiesta, ya no de éxito, si no de aburrimiento. Hay que tener generosidad y dar un paso a un lado, por el futuro y sobre todo por el bien de la Tauromaquia.