La entrenadora Montse Tomé podría ser la primera víctima tras el nuevo fiasco de la Selección femenina de fútbol, según apuntan varios medios deportivos.
Tomé cogió las riendas del equipo nacional tras ser España campeona del mundo en Australia en 2023 y desde entonces no ha logrado más títulos grandes, sino la segunda plaza en la reciente Eurocopa, y la cuarta de los Juegos Olímpicos de París 2024.
Eso sí, Tomé si logró la Liga de Naciones de 2024, un torneo menor, pero oficial de la UEFA. Título insuficiente para las expectativas creadas en torno a la mejor generación de nuestras futbolistas en la historia.
Tomé, en el aire
Así las cosas, su continuidad parece estar marcada por otros factores que van más allá del campo. Su nombramiento llegó tras la victoria de España en el Mundial de 2023 y la crisis desatada por el caso Rubiales. El beso no consentido del entonces presidente de la RFEF a Jenni Hermoso provocó una reacción social masiva y un respaldo generalizado hacia las jugadoras, quienes ya habían planteado demandas por mejoras en sus condiciones laborales,
Aquella polémica llevó a la salida tanto de Rubiales como del seleccionador Jorge Vilda, dejando a Tomé, quien era la segunda entrenadora del equipo, al frente de la Selección. Una decisión que inicialmente generó resistencia entre las futbolistas, quienes veían en ella una figura continuista del anterior régimen y recordaban cómo aplaudió las explicaciones ofrecidas por Rubiales, quien posteriormente fue condenado.
Un liderazgo forjado entre retos y éxitos
Tomé, con escasa experiencia previa más allá de su trabajo como parte del cuerpo técnico de Vilda, asumió el reto con dificultades iniciales. A pesar de ello, logró imponerse poco a poco. En competición, la selección siguió mostrando buen juego y cosechando resultados destacados. Durante su primera temporada, brilló al conquistar la primera edición de la Liga de Naciones femenina y aseguró con holgura la clasificación para la Eurocopa 2025. Sin embargo, en los Juegos Olímpicos de París 2024, tras una campaña exigente y prolongada, el equipo no pudo mantener el nivel en las fases decisivas, quedándose en cuarta posición,
Desde entonces, Tomé ha centrado sus esfuerzos en preparar a la selección para la Eurocopa de Suiza 2025, mientras se implementaban mejoras técnicas en todas las áreas del equipo. Tras la sentencia del caso Rubiales, el ambiente comenzó a distenderse, al menos en las comparecencias públicas. En las convocatorias, Tomé dio oportunidades a nuevas jugadoras, aunque la lista definitiva mantuvo a la mayoría de las veteranas, combinándolas con jóvenes promesas como Vicky López, quien simboliza el relevo generacional junto a figuras consolidadas como Aitana Bonmatí, doble Balón de Oro en proceso de recuperación,
Desde que el equipo alcanzó las semifinales, Tomé ha evitado responder a preguntas sobre su posible renovación. Su nombramiento, ocurrido casi por casualidad hace un año, coincidiendo con los preparativos para los Juegos Olímpicos, fue prorrogado hasta agosto de 2025, después de la Eurocopa. Ahora, con la estabilidad federativa recuperada bajo el mandato de Rafael Louzán, el nuevo presidente de la RFEF no ha ofrecido señales claras sobre si seguirá confiando en la asturiana para liderar el proyecto de la selección femenina.
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